• ANGUSTIADA. De todo ya pensó como estrategia para llamar la atención de su marido, pero nada le funciona, pero no pierde las esperanzas

Soy de Villarrica, mi nombre es Olga, tengo un problemita, quién no lo tiene verdad. Estoy confundida, tengo pareja pero a veces parece que vivo con un fantasma en la casa. Hace 7 años convivo con una persona que es muy buena, trabajadora, pero él anda muy raro conmigo desde hace meses y en la intimidad nada ni caso, ya me cansé de reclamarle y la verdad necesito ayuda, hasta ponerle los cuernos ya pensé.

Hace tiempo que quería escribirte porque me siento muy triste, desilusionada, hacíamos todo juntos, al principio era perfecto, tuvimos nuestra primera y única hija pero cuando ella cumplió 4 años comenzó a cambiar conmigo.

Entonces yo le adulaba y trataba de acercarme, por mi hija, pero él me decía que yo era una pesada. Por eso hago todo para estar bien, pero hace tiempo que ni me toca, si me dice algo lindo es para disimular.

Dormimos en la misma cama, pero no tenemos intimidad y yo no puedo opinar ni reclamar nada de lo que me hace. A veces pido que me dé una caricia y se duerme. Lo que hago ahora es tratar de ponerlo celoso, me arreglo y se enoja, dice: “Quién sabe para quién te arreglás”, me trata muy mal. A veces me dice que no valgo para nada, de verdad que no pensé jamás vivir este infierno, solo aguanto por mi hijita pero a veces ya no doy más. También empezó a llevar algunas ropas, todos los días viene pero hace un buen tiempo los sábados no se queda a dormir y los domingos de noche viene como si nada. Tengo la leve esperanza de que todo vuelva a ser como antes porque Dios me da fuerzas y siento que me recompensará por tanto sufrimiento y tanto dolor. Me siento muy impotente, sola, no sé qué más hacer.

¿Cómo puedo recomponer mi relación?

OLGA, DE VILLARRICA, 27 AÑOS.

RESPUESTA: Si dos personas se ponen las pilas y están dispuestas a recomponer una historia de amor, siempre hay esperanzas.

Estar juntos en una relación saludable es posible cambiando las actitudes, saliendo de la rutina y dejando atrás los rencores y las peleas. Ambos deben tomar conciencia del alejamiento afectivo que hay, dejar de buscar justificativos, depende de cada uno que entre el sufrimiento a la vida.

Si tu marido se aleja, mientras que esperas algún milagro, las cosas no se arreglan por sí solas, hay que hablarlo. Hay que analizar en qué momento o por qué motivo empezó a cambiar todo, pensá si tiene sentido vivir de apariencias y qué es lo que te mantiene atada a una relación así porque todos tenemos derecho a ser feliz y estar con alguien que nos ame y respete.

Con el tiempo las parejas pasan por un desgaste, algunos por descuido se dejan consumir por la rutina, a veces por peleas, discusiones o aparece otra personas. Un ejercicio muy interesante es pensar acerca de lo que les gusta del otro, y por qué se enamoraron.

Una vez que encuentran esos detalles empezar un plan para reconquistar a la pareja, pero ambos deben estar de acuerdo, no vale que solo uno haga el intento. Eso les permitirá revivir lo que sintieron y recordar los mejores momentos de la relación y hará que vean todo desde otra perspectiva.

Para combatir la rutina se aconseja variar un poco las cosas. Desde ir a comer a un lugar nuevo hasta cambiar pequeños detalles de la relación, ensayar estilos de besos o prepararle una sorpresa a tu media naranja.