ESTADOS UNIDOS. Kendra Jackson tenía una salud perfecta hasta que sufrió un accidente automovilístico. Poco después comenzó con una extraña alergia, una rinitis que parecía un goteo constante de su nariz, que luego de horas y horas cada día le dejaba un dolor de cabeza insoportable.
Consultó a montón de doctores y todos le decían lo mismo, que era una simple alergia. Hasta que llegó a la doctora Carla Schneider, quien descubrió que Kendra tenía una pérdida de fluido cerebrospinal. ¡Del cerebro, que le salía de la nariz!”.
¿Qué hicieron? Los doctores taparon el hueco en el interior de la cabeza de Jackson, que causaba el problema desde el accidente, y cambió su vida.
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