YPANÉ. Dos chiquitos que se encontraban solos en una casa, porque los papás salieron a trabajar, no encontraron mejor “juguete” para “quemar” las horas en que debían permanecer solos que un ¡encendedor!
En un momento dado, la llama del aparato alcanzó unas telas y a partir de ahí se desató un verdadero infierno que les fue imposible controlar. Los vecinos al ver lo que estaba pasando de inmediato llamaron a los bomberos, quienes vinieron luego de unos minutos.
La gran cantidad de cosas inflamables que se encontraban en la casa, vivienda que fue dada por la Senavitat, hicieron que rápidamente los tirantes del techo comiencen a quemarse, por lo que parte de la misma se desplomó.
Para suerte de los chicos y la tranquilidad de todos, más allá del duro momento que como familia deberán sobrellevar, a los peques no les pasó nada y salieron sanos y salvos.
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