RESCATADA. Gracias al gesto de los agentes que le dieron un nuevo hogar, ella se convirtió en la nueva vigilante en la unidad
Desde el fin de semana pasado la vida de los recios agentes que prestan servicio en la Comisaría 14.ª Metro tuvo un cambio. Tras realizar una patrulla por las zonas conflictivas de su jurisdicción, al llegar hasta un pasillo, a metros de la calle Bruno Guggiari, algo les llamó la atención y detuvieron la marcha, allí estaba una pequeña perrita abandonada a su suerte.
Un trozo de tela y una botella de gaseosa cortada a la mitad eran la única compañía que tenía la cachorrita que fue abandonada en el sitio. Con toda la delicadeza del mundo los oficiales la alzaron en brazos, ella aun temblando subió a bordo del móvil cuyo chofer rápidamente prendió la calefacción, y emprendieron camino hasta su base.
La cachorrita les robó el corazón a los policías desde el primer momento al punto que decidieron que se quede en las instalaciones de la comisaría. El jefe sorprendido por la peculiar visita dio el visto bueno y fue adoptada como mascota.
La parte difícil fue el momento en tener que darle un nombre. Lejos de ponerle los nombres clásicos como “Laika”, “Lassie”, fue bautizada como “14”, en homenaje a la comisaría. Después de una visita al veterinario y la compra de un abrigo camuflado, la perrita ya contaba con su uniforme táctico.
CONTROLA
La cachorrita realiza la tarea importante de alegrar con sus travesuras los tensos días de los agentes y de paso controlar las instalaciones.
FELICES
Todos los policías colaboran con la compra de la comida y de la ropita para su nueva compañera, desde leche hasta la purina.
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