“Mboriahu árinte ho’a rayo”, dice un conocido refrán muy nuestro, pero en este caso podemos decir que vaka ári ho’a la rayo. Durante la inclemencia que cubrió prácticamente todo el territorio de la república hetaiterei nio fueron los perjuicios que acarrearon las aguas caídas por un lado.

Este vendaval estuvo acompañado de las siempre peligrosas caídas de rayos, que por lo general ho’a en el campo sin apeligrarle a nadie. Se recomienda por lo general no buscar refugio bajo los árboles cuando cae una tormenta.

En la localidad de Edelira, departamento de Itapúa, nadie le avisó por lo visto eso a una pobre vaca, de los peligros que pueden suceder durante el mal tiempo.

La rumiante buscó un techo para no mojarse y se metió toda asustada debajo de un enorme yvyramáta. Brummmm …brummm…. bramaba el cielo ha oñeiluminá ni que discoteca voi.

En una de ellas se reventó por la copa de un enorme árbol, la partió en dos y todas las ramas desaparecieron casi al instante. La pobre vaca jamás se dio por enterada que acababa de morir a consecuencias de una descarga acompañada por el feroz golpe que le provocó la caída del árbol. No se salvó de ser asado. La electricidad la “cocinó” al instante.

OCHYRYRY PAITE

Los propietarios la encontraron debajo de los gajos de la planta, bien muerta y bien cocinadita, a consecuencia de la descarga eléctrica que recibió.