• DE LA OREJA. Él vive pendiente de su esposa, de su casa al trabajo y del trabajo a la casa, no sale ni tiene amigos por no “crear problemas”

A veces estamos superbién y otras todo mal, su comportamiento conmigo y con nuestros hijos cambia de un día para otro, ahora por ejemplo estamos bien, pero no sé hasta cuándo porque de repente cambia de humor.

Solemos pelear por factores económicos o por desconfianza de parte de ella principalmente, y conste que ella me fue infiel hace 10 años atrás y la perdoné por nuestros hijos y porque la amo también. No sé por qué desconfía, a veces suena mi teléfono y si no atiendo me reclama, me dice que seguramente es mi otra mujer y cosas así y le digo si tanto desconfía porque no atiende ella y sale y me dice que no se rebajaría a tal punto.

Si le ocultaba algo o cosas por el estilo no le permitiría ni que toque mi celular, yo no tengo amigos, ni salgo, solo del trabajo a casa y de casa al trabajo, a la hora llego.

Somos pareja desde hace 21 años y siempre la consentí en todos sus gustos. Tenemos 3 hijos juntos, 2 ya son mayores de edad, una entra en la Facultad, el otro trabaja, y la última está terminando el colegio.

Yo trabajaba en una empresa privada y por sus celos excesivos tuve que renunciar y después ella entró a trabajar en una oficina como secretaria y de ahí empezó a cambiar conmigo, en todos los sentidos, culpándome de todas las dificultades que nos pasa.

Por hacerle entender la situación, ella me maltrataba y empezábamos a discutir, dos veces me denunció por violencia doméstica, me defendí con papeles. Por buscar solución la llevaba a psicólogos, doctores, pastores evangélicos, retiros espirituales, mano santa y todas esas cosas y ninguno la hizo entrar en razón.

LUCIO, DE ARROYOS Y ESTEROS, 40 AÑOS.

RESPUESTA: Si ya fueron a consulta con profesionales que dieron un diagnóstico donde especifican tratamiento médico y psicológico como terapia de pareja, tienen que hacer el esfuerzo por cumplir.

Hay que dejar de lado los prejuicios y aceptar que el mejor camino es pasar por un proceso de cambios a nivel mental, indefectiblemente cuando hay violencia en la relación ambos deben asistir, no basta con las buenas intenciones ni oraciones, independientemente a la creencia que cada uno profese.

En terapia con un profesional de su confianza, para comenzar deberán lograr bajar el nivel de violencia verbal, por un lado. Por el otro, trabajar los pensamientos de inseguridad respecto a la relación y sincerarse en el sentido de hablar y ver si quieren seguir a los golpes o disfrutar de la vida juntos.

De lo contrario, solo se amargan el uno al otro. Las relaciones con desajustes juegan en contra de la salud; es decir, ambos corren el riesgo de enfermarse, a nadie hace feliz el excesivo control o estar en “cháke” todo el tiempo.

Tienen que seguir la terapia, no cortar, si ella no te quiere acompañar, andá vos primero y después esperemos que te siga, no hay de otra, hay que hacer un pequeño esfuerzo por nuestro bienestar personal.