• IMPOSIBLE. La ciencia médica no daba muchas posibilidades, pero la fe siempre da una chance más
• HERMOSAS. De no poder volver a tener hijos, el pasado 3 de junio las gemelas llegaron para completar la felicidad de una familia
• Por Belén Vázquez

LUQUE. El anhelo de querer tener más hijos siempre estuvo latente en el corazón de una pareja. Ellos ya fueron padres; sin embargo, ese deseo no se podía hacer realidad. Los médicos les hablaron de algunos problemas que imposibilitaban cumplir el sueño. Más allá de todo pronóstico negativo, la llama de la esperanza seguía prendida.

Rocío González ya era madre de un hermoso varón. Encontrarle la “parejita” era algo con lo que tendría aún mayor felicidad. Con el paso del tiempo ese anhelo se fue marchitando. La insistencia, los diagnósticos en contra y otras situaciones golpeaban duro.

“Una noche, Chiquitunga se me apareció en mis sueños mostrándome algo que no recuerdo bien”, decía la madre. Desde ese día Rocío, emocionada y sin saber el porqué de ese sueño, empezó a rezarle y a encomendarse a la beata María Felicia de Jesús Sacramentado, pidiéndole que le haga saber qué es lo que desea que haga.

“Yo escuchaba nomás sobre ella. Después se me apareció en mis sueños mucho antes de saber que estaba embarazada. Empecé a rezarle y a hablarle. Le decía que me haga saber qué quería de mí y de mi vida. Después de eso no la volví a soñar”, contaba “Rochi”, como lo llaman de cariño sus familiares y amigos.

La intriga y las ganas de querer saber cuál era la misión que le tenía preparada, hacían que Rocío cada vez se sienta más fuerte, y no dejaba de rezarle. Algunas semanas después de ese sueño, estando en la cocina de su casa, empieza a oler un aroma medio dulce, como olor a flores de jazmín, época donde ni los vecinos tenían alguna planta florida.

A lo que seguido de eso y pensando que solo pasaba dentro de ella le pregunta a su pareja si él también huele. Christian, sin dudar le dijo que sí. Fue ahí donde “Rochi” una vez más comprobó la manifestación de la beata en su vida.

“Yo estaba con un atraso, pero como tenía problemas, no creí que era por un embarazo. Después que Christian me dijo que también olía, nos emocionamos. Yo empecé a lagrimear y solo le tenía en mi mente a ella. Le dije que tenía que hacerme un análisis, me hice y me salió positivo”, contaba emocionada.

De aquella manifestación de amor, fe y esperanza ya pasaron 9 meses. Hoy Felicia Anahí y Felicia Aidée ya llegaron para darle más felicidad a la familia de Rocío.

“Ella obró en mí, intercedió por mí ante nuestro Señor, sentir esa plenitud, ese amor celestial, el saber que Dios no te abandona y que está ahí a tu lado, solo ella me pudo volver a hacer sentir. Ella fue mi apoyo en todos estos meses, fue mi fortaleza y consuelo cuando parecía que no podía”, terminó diciendo “Rochi”, quien hoy carga en sus sus brazos a los “milagros” de Chiquitunga.

Pensó que Dios le mandó una pero le regaló dos bendiciones

Cuando fue para hacerse su primera ecografía, con tan solo 13 semanas, tenía la esperanza que el médico le diga el sexo del bebé, ya que al tener un varón su anhelo de la nena estaba ahí.

En medio del estudio, su doctor le dice que no tiene un bebé sino ¡dos! “Rochi”, sorprendida, sigue esperando a que su doctor le siga examinando hasta que le dice una de ellas es nena.

“Cuando me dijo eso casi muero otra vez. Ella otra vez apareció en mi mente. Lo que el doctor no me contó es que eran gemelas, así tienen el mismo sexo. Fue ahí donde decidí ponerle el nombre de Chiquitunga a mis nenas”, terminó diciendo “Rochi”.

ANTECEDENTES

“Rochi”, quien casi no tenía posibilidades de volver a embarazarse al saber que estaba en la dulce espera, le contó a su doctora sobre lo ocurrido hasta que la misma también se emocionó.