Rosarios, remeras, binchas, pañoletas y miles de objetos fueron ofertados en las cercanías del estadio por los vendedores que aprovecharon esta muestra de fe para hacer un poco de “efe”. Todo lo que uno se puede imaginar para llevar de recuerdo de esta importante ceremonia, había.
Desde muy temprano los cientos de vendedores se colocaron en sitios estratégicos para de esa manera intentar ganar algún dinerito. Los rosarios y las estampas fueron los productos que más se vendieron. Algunos llevaron para poner en el interior de sus billeteras y otros para colocarlos en el interior de sus vehículos y buscar de alguna manera alguna protección divina en un día cargado de fe.
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