• HACE UN AÑO que ella tolera que su pareja siempre sea “el hombro” para su amiga de infancia, que a cada rato lo molesta para cualquier cosa.

Mi marido es demasiado churro y las mujeres lo acosan, yo lo controlo y tengo en raya siempre, el problema es que soy muy celosa, sobre todo no puedo olvidar que él tenía una vida pasada de mujeriego. Ahora mi amiga es demasiado pegajosa, siempre le molesta para cualquier cosa, es mamá soltera y si no tiene algún drama con su hijo, recurre a él para que le saque de cada problema en que se mete. Son amigos desde hace tiempo y trato de que no me afecte pero no puedo, me pone rabiosa, yo le pido que se aleje de ella, pero él me dice que nada quiere con ella, que está conmigo y que yo no valoro eso. A ella no le quiero decir nada.

La verdad de las cosas es que era mi mejor amiga, pero ahora en esa tipa no confío, ella es una desubicada, porque yo siento que mi pareja no la quiere aunque la aprecia por cómo la defiende o habla de ella. Lo que pasa es que él es demasiado bueno y le gusta ayudar a la gente, pero ella abusa.

Por eso, con solo saber que le habla o se ven, a mí me da una rabia inmensa que no sé cómo controlarme y creo que si le sigo reclamando este tipo de cosas o siendo pesada voy a terminar dañando mi relación y por Dios que esa no es mi intención porque realmente yo lo amo.

Creo que a muchas chicas les pasa lo mismo que a mí, se ponen celosas de las mejores amigas, porque no soportan compartir a sus parejas con ellas.

Los hombres son menos sensibles y a veces pecan de inocentes que no se dan cuenta de las intenciones de otras chicas que se gustan de ellos, son como lagartonas que buscan oportunidad de vida fácil. Yo no quiero que él tenga contacto con otra mujer, porque yo creo que cuanto más tengan contacto más se sigue ilusionando. Pero él no me entiende, dice que yo desconfío demasiado hasta ya habló de separarnos. Ya que ese es el punto de peleas de siempre. Y sé que tiene razón, solo que yo no sé cómo controlarme por el bien de mi relación.

PAOLA, DE HERNANDARIAS, 48 AÑOS

RESPUESTA: Es normal sentir celos siempre y cuando no sean de esos que nublan la mente, que impiden razonar antes de lanzar acusaciones que afectan al corazón. Hay un refrán que dice “Los celos son malos consejeros”, muchas veces rompen o asfixian las relaciones. Lo ideal es cultivar ternura, comprensión, tolerancia y respeto a la autonomía del otro, no estar cargándolo con reclamos y acusaciones todo el tiempo. Ojo que eso no es aceptar todo o callarse, porque cuanto más comunicación existe en la pareja es más alentador el pronóstico de una relación. Si es tu amiga la “pegajosa”, tenés que hablarle y decirle que te incomoda, que también puede contar contigo si necesita.

Con tu pareja tiene que haber esa confianza de hablar. Es bueno decirle a la pareja lo que uno siente, reconocer que el bichito de los celos picó, el punto está en saber cómo hablar sin herir susceptibilidades. Hay celos que ya son enfermizos que requieren atención de un profesional que pueda ayudarlo a pasar por un proceso de cambio, en ocasiones este sentimiento también puede ser de origen cultural, lo que se aprendió de la casa o se experimentó en otras relaciones.

Si no te da razones puede que lo mejor es que empieces a controlar esos pensamientos, pero si existe otra persona que te hace sentir amenazada, tenés todo el derecho a manifestar tus emociones de una manera civilizada. Si amás a tu pareja, intentá fortalecer el diálogo, un voto de confianza y el contacto amoroso es lo mejor para superar el desencuentro y los celos.

A veces es cuestión de autoestima, acordate que siempre habrá alguien mejor o peor que vos, la cuestión es aceptarse y tener presente que la persona que está contigo también te acepta, te respeta, y no intentes cambiarte, pero si necesitás hablar de lo que te pasa dentro de una consulta personal y sincera con un profesional no dudes en buscarlo.