- UNA HERIDA. El incendio ocurrido un domingo del 2004 se llevó 400 almas y hasta hoy sigue con una herida sin cerrar en la memoria de todo el Paraguay
Era el mediodía de aquel domingo 1 de agosto del 2004, cuando la orden de cerrar las puertas del supermercado Ycuá Bolaños vino de arriba dejando encerradas a centenares de personas y sentenciado la vida de unas 400 almas. De ese fatídico incendio ya pasaron 14 años, pero el tiempo no logra sanar tamaña herida y las lágrimas siguen cayendo. La tristeza aún duele y los recuerdos se reviven con el sonido de la sirena del camión de bomberos que suena las 11:20 de cada primer día de agosto.
El desconsuelo siempre está presente y las cicatrices de aquel día hacen parte de su cuerpo. Ella es Nimia Cáceres (44), quien todos los días recuerda aquel día en las heridas que quedaron en su mano izquierda y en la parte inferior de su pierna. “Yo soy víctima sobreviviente, estuve ahí dentro, vine como para llevar las cosas para el cumpleaños de mi mamá, como un domingo cualquiera y casi no salí”, contó con la voz quebrada doña Nimia, quien se hizo presente frente al memorial del Ycuá Bolaños ayer.
Entonces tenía 30 años y tanto solo hacía 19 días que había dado a luz. Dejó en brazos de su mamá a su bebé, cuando el infierno hizo presencia dentro del supermercado. La gente era consumida por la ola de fuego, ella cayó al piso y teniendo a su bebito en su mente luchó y pudo salir del lugar. “Tuve que pelear por mi vida ahí dentro, tuve que agarrar un cuerpo muerto para que no me queme y cuando llegué a la escalera ahí me sacó un bombero. Luché por mi hijo, él era un bebé y como fui huérfana no quería que mi hijo pase por lo mismo”, relató Nimia.
Centenares de víctimas y familiares de víctimas cada año recuerdan aquel fatídico día y hasta hoy siguen pidiendo justicia.
Van a visitar al juez y le avisan a Mario
Jorge Alfonso, padre de una de las víctimas que trabajaba en el lugar como empaquetador, contó que hoy van a ir hasta el juzgado donde se está tomando la causa y van a pedir que se les indemnice a todos, ya que hasta ahora todo quedó estancado. Además, aseguró que el capeto de Asunción, Mario Ferreiro no se acerca a ellos y amenazan con encadenarse frente a la Municipalidad el lunes.
“Nos mienten todo, juegan con nosotros. No es que murió un muñeco dentro del súper, ahí estuvieron nuestras familias”, terminó diciendo Alonso con la voz cargada de rabia, ya que el tiempo pasó y no hubo solución alguna.
INCIDENTES
Al parecer un grupo de víctimas y familiares se hicieron a un lado y solo desean que la Justicia se haga de una vez.
Comentarios