VATICANO. El caso Pensilvania ha golpeado los cimientos de la Iglesia Católica. Autoridades revelaron que más de mil niños habrían sido abusados sexualmente de menores por unos trescientos sacerdotes en ese estado hace décadas atrás.
El Vaticano emitió un comunicado donde dice que siente “vergüenza y dolor” y calificó de “criminales y moralmente reprobables” a los sacerdotes pederastas. “Han traicionado la confianza y han robado a las víctimas su dignidad y su fe”, remata el comunicado firmado por el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Greg Burke.
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