• HACE 8 AÑOS que tienen una vida juntos, pero hasta hoy día no pueden ponerse de acuerdo ni con la lista del supermercado; sin embargo, quieren salvar lo que queda de la relación

A veces creemos que el amor es todo color de rosa, pero no siempre es así o al menos en mi caso no es así. Siempre leo esta página, leo tus consejos que me ayudan a pensar y también me mato de la risa de los comentarios que hacen algunos lectores, cada uno sabe más que el otro sobre los casos, espero poder encontrar lo que busco.

Necesito un consejo sobre mi relación, estuve en una relación por casi 8 años terminamos porque él me fue infiel, intentamos volver, pero yo no dejo de echarle en cara las cosas que me hizo.

Soy demasiado impulsiva y lo golpeo, él me dice que no hablemos cuando estamos molestos, ya llevamos varias peleas y le metí una cachetada y él me la devolvió. Ninguno de los dos somos personas violentas, pero nuestras discusiones van subiendo de tono últimamente. Siempre trato de hacerlo entrar en razón, cuando él actúa mal le digo que nos separemos del todo.

Mi pareja en vez de calmarme o buscar soluciones, se molesta, se ofende y se vuelve más grosero. Nos peleamos por todo, si no se limpió bien la casa él putea, si no me viene a buscar de la ruta, yo puteo. Nunca nos ponemos de acuerdo ni en la lista del supermercado, me dan ganas de llorar a veces, ya quiero mandar todo a la mierda. Nunca se pone el saco, él sabe que me hizo mucho daño, pero no sé qué hacer, esta es una situación muy difícil.

Me dice que él está cansado de que yo le eche las cosas en cara, que eso le duele, reclama que tratemos despacio de arreglar las cosas, que yo soy muy acelerada. Ayúdenme, solo quiero estar con él, yo no lo dejo avanzar, juzgándolo por más que veo interés de su parte. Me demuestra poco a poco que quiere cambiar, pero quisiera que sea más rápido todo.

¿Será que necesitamos tiempo separados para pensar qué queremos?

LORENA, DE AYOLAS, 28 AÑOS.

RESPUESTA: Cada uno vive, siente y tiene un concepto diferente del amor, muchas veces aprendemos de las experiencias de otros, de las novelas, de las expectativas de otros. No todo es color de rosa en el amor, si bien la etapa de enamoramiento es como un anestésico porque se liberan las llamadas endorfinas, que produce esa sensación de bienestar. Pasada esa etapa nos encontramos cara a cara con nuestra media naranja y muchas veces no es como nos pintaron y tal vez sea el momento de poner en una balanza todo lo que vivimos a lado de esa persona, nuestro ideal y a lo que apuntamos en cuestiones del corazón.

No es fácil superar una crisis de infidelidad, pero se puede si ambos están dispuestos a comenzar de cero, sin reproches ni resentimientos y dejar atrás todo el sufrimiento que conlleva saber que la persona que pusimos en un pedestal, es de carne y hueso. Lleva su tiempo y por lo general se necesita recurrir a un proceso psicoterapéutico para decidir seguir juntos o por separado en el camino de la vida.

Requieren sentarse a planificar lo que quieren hacer el resto de sus vidas, seguir con las discusiones sin sentido o darle un sentido a la relación, que ambos pongan un chiqui de su parte para mantener esa conexión emocional que se va deteriorando con cada pelea sin fundamento.

Las discusiones en pareja son buenas siempre y cuando se llegue a una conclusión, a un acuerdo, no un simple ataque, un pingpong de reproches que no conducen a nada. Al contrario, se deteriora el nido, aumenta la ansiedad y se desatan las agresiones que pueden ir empeorando si no le ponen un límite. La decisión de darse un tiempo, un respiro,

tiene que nacer de una conversación sincera entre vos y tu pareja, pero tenés que medir si con eso ponen un parche o realmente es la solución esperada por los dos. El amor no es sufrir por el otro, es vivir, disfrutar y compartir con la persona que elegimos.