• TRANSPARENCIA. Lo de las multas electrónicas es apenas un comienzo en la campaña de buscar transparencia en las intervenciones que les quepan hacer

Cuando se habla de controlar y evitar que se le den coimas a los “zorros grises” deshonestos, se habla prácticamente de un imposible. Pero con las multas electrónicas buscan empezar una campaña para limpiar la cara a la Patrulla Caminera, según su director el inspector Luis Christ Jacobs.

Desde el miércoles, los que cometan infracciones en las rutas que vichea la Patrulla deberán abonar sus multas mediante un pos en el caso de contar con tarjeta de crédito, o con un código de barra que será entregado al conductor o conductora akãhatã para que pague en cualquier lugar de cobranza. Pero, ¿cómo evitar la maldita coima?

“El que pasa la coima es el primero en cometer un acto de corrupción, el que acepta es el segundo en cometer y como son tan subjetivos son difíciles de controlar. Pero vamos a buscar la manera de controlar los tratos previos a la multa porque la corrupción está en todos lados”, explicó Jacobs.

El capo dijo que son conscientes de que es imposible ver cuál inspector es deshonesto, pero hay una fuerte intención de erradicar la corrupción de la institución que debe velar y garantizar el cumplimiento de las reglas viales. “El sistema electrónico es un primer paso. Luego van a venir cámaras de circuito cerrado, lomadas electrónicas y también el uso de cámaras y micrófonos en los inspectores. Es una meta a mediano plazo, que estaría para el 2020”, adelantó.

Sociedad podrida: si no aceptás la coima, sos un “výro” ndaje

Omombe’u avei que la cuestión cultural es muy fuerte, ya que lomitã te critican voi si no transás con alguna autoridad. “Los buenos principios están disminuidos en la sociedad, el que no se embolsilla con dinero que no es suyo es un ‘výro’’ lastimosamente”, finalizó Jacobs.

Don Luis dijo también que la coima es como el “crimen perfecto”, ya que no deja ninguna pista de haber sucedido. “Las coimas no dejan rastros. Con la multa electrónica lo que se soluciona es la informalidad. Cuando se hacía con el carbónico se podía negociar con descuentos o exoneraciones, pero el que manda ahora es el código de barra. La persona que hizo la operación queda como responsable”, he’i.