BRASIL. En medio de la resaca de los festejos del nuevo año, los rapais fueron testigos de la investidura del político ultraderechista Jair Bolsonaro, que en medio de un dispositivo de seguridad sin precedentes, asumió ayer la presidencia en rapailandia.
Luego de ser “bandeado”, Bolsonaro inició su discurso agradeciendo a Dios por estar vivo, ya que sufrió un atentado con arma blanca durante un acto de campaña antes de la elección general.
Prometió construir una sociedad sin discriminación y con mayor seguridad, donde los policías serán respetados por proteger a los ciudadanos.
Afirmó que el sector agropecuario será apoyado, al mismo tiempo que se protegerá el medio ambiente.
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