Anicia Oviedo tiene 21 años y se quedó akue sin trabajo cuando se cerró el lugar donde se ganaba el pan de cada día. Ella vive con su hermana mayor, su mamá y su hermano de 14 años. Entre ellos se ayudan como pueden. Anteriormente vivían en el Bañado Tacumbú y por las inundaciones tuvieron que mudarse a Fernando de la Mora, donde deben pagar alquiler, y el costo es un poco elevado.
Anicia está estudiando para ser licenciada en instrumentación quirúrgica en la UNA y como haku la yvy, y no hay nada de efectivo por ahí, se le ocurrió pedir auxilio en las redes sociales. Es así que escogió el rubro de la limpieza, entre otras cosas, buscándole la vuelta a ese sueño que la mantiene despierta: poder ayudar a operar a la gente y así sanarlas de sus males.
“A mí se me dificulta mucho conseguir un trabajo de medio tiempo porque mi Facu lleva mucha carga horaria, y tengo prácticas y guardias. Ahora voy a cursar el tercer año y va a ser más pesado. Entonces le dije a mi mamá que voy a forrar cuadernos, hacer carátulas y ofrecer mis servicios de limpieza y se me ocurrió publicar por todos lados eso para hacer platita”, he’i a Crónica.
“Como dice mi mamá, el trabajo no es deshonra y yo estoy para todo”, he’i, destacando que su carrera conlleva demasiado gastos y ella está dispuesta a batallar.
“Me dio mucho miedo realmente hacer esto, por todas las cosas que pasan ahora, así que siempre atiendo bien cuando me piden que vaya a limpiar. Pero tengo que ayudar en casa y terminar de estudiar, no me voy a quedar con los brazos cruzados”, omombe’u.
Oviedo cuenta que ella pide G. 80 mil por día a las casas que se va a limpiar, porque la gente no quiere pagar muy caro.
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