Nelson Haedo Valdez estuvo siendo entrevistado por Pelusa Rubin para su programa “Siempre Pelusa”, donde contó varias anécdotas sobre su vida, su relación con otros futbolistas y su destino.

Una de las confesiones que más llamaron la atención es cuando al ser consultado si es verdad que estuvo a punto de ser alcohólico porque consumía mucha caña, Haedo respondió: “Entré en un cuadro medio depresivo.

Tuve una pérdida grande dentro de mi familia y uno cae en esas tentaciones. Esas tentaciones estaban ahí, y la probé. Pero después me di cuenta que no era lo que yo quería realmente y por suerte el fútbol me sacó de eso”.

El delantero del Ciclón habló de su vida de niño. “Mi niñez no la cambiaría por nada. A lo mejor en lo financiero no teníamos casi nada, pero la familia y la alegría que tenía es impagable”, dijo el futbolista que al ser consultado si llegó a pasar hambre de más joven respondió: “Hambre creo que nunca pasé.

Claro que tuve épocas de entrenamientos muy fuertes y al final tenía una mandioca con tortilla”.

Nelson también recordó el momento en que se decidió de lleno por jugar al fútbol dejando la escuela de lado.

“Era un niño con mucho talento en la escuela. Aunque casi nunca estudiaba, tenía las mejores notas, era inteligente y mi sueño era ser futbolista. Mi madre me llevaba por el buen camino, por el seguro, que es el estudio, pero yo con 15 años tenía decidido que quería dedicarme cuanto antes al fútbol.

En el último examen que tuve les dije a mis profesores que me iba y algunos dijeron que no lo dejara, que siguiera estudiando, que era a lo mejor el primero en el pueblo en ser un doctor o un abogado.

Fue la primera decisión importante que tuve que tomar, tuve que enfrentarme a la decisión de mis profesores y a la de mi mamá”, relató el jugador de Cerro Porteño.

Ya casi al cierre de la entrevista, Pelusa le preguntó al pelotero si creía en el destino y Haedo dijo: “No. Yo creo que uno pelea por algo que quiere y si a lo mejor está escrito, si no lo buscas, se va”.