El “Expreso” franjeado nuevamente se frenó. Esta vez, el que le paró el carro fue el Deportivo Santaní, que le creó un tremendo lío en su Bosque y estuvo a punto de llevarse la victoria.

El cuadro del Tapiracuái jugó un partidazo, sobre todo después del tanto apertura de Jorge Ortega, en la segunda llegada profunda del ataque franjeado.

Pintaba para un chute de trámite del cuadro de Garnero. Pero si en algo falló el DT fue en la confianza que les tuvo a jugadores como Verón y Rolón, la dupla de centrales de discretísima labor.

Richard Sánchez está lejos de su nivel y Hernesto Caballero fue un mar de imprecisiones. Así las cosas, el fútbol de Santaní fue creciendo con el correr de los minutos.

Alejandro Toledo ya comenzaba a crear tumulto y fue así que el curepa llegó al empate en gran definición.

Ya había preocupación en Olimpia, que al inicio del complemento mandó a Julián a la cancha y luego a Silva, sin éxito. Del otro lado, Santaní metía contras letales con Aguada, Toledo y Pitta.

Hasta que llegó el minuto en el que Toledo mandó a bailar a Verón y habilitó a Pitta que definió purete ante Aguilar.

Fue el inicio de la desesperación franjeada, hasta que Garnero mandó a la cancha a Roque. El ídolo franjeado salvó el embrollo cerca del final cuando recibió un pase purete de Viudez y definió de cachetada para salvar el invicto.

Tabaré, el único ovacionado por la hinchada

El público siempre dicta sentencia. Y en medio del pochyro de la gente franjeada por el pobre rendimiento del equipo, sí hubo un reconocimiento para un jugador en especial: Tabaré Viudez.

El charrúa fue lo mejor que mostró Olimpia, dentro de un rendimiento discreto del rollo. Corrió, gambeteó, creó ocasiones, participó en el primer gol, asistió en el segundo y se fue ovacionado al grito de ¡U-ru-guayo! ¡U-ru-guayo! desde el sector de preferencias. Crack.