“Chipaaa chipaaa, rica y calentita chipaaa”… es la frase que usa todos los días don José Sandoval (63) para ofrecer sus delicias mientras va caminando por las calles de Asunción, además de soplar el pito que lleva colgado por el cuello y así llamar la atención de los compradores.

Un exquisito aroma va saliendo de su canasto, mientras que de un lado las personas desde lejos ya lo llaman, y otras se acercan a comprarle para saborear la rica chipa que está hecha por sus propias manos.

“Yo hago la chipa, a las 3 de la madrugada ya me levanto y empiezo a hacer”, comentó don José, mientras iba atendiendo a un cliente y resaltando que hace más de 10 años se encuentra en el rubro.

En medio del ruido, don José contó que durante un tiempo trabajó como guardia de seguridad, pero con el paso del tiempo, por la edad y la inseguridad decidió volver a su antiguo laburo, el cual desde siempre le ayudó a mantener a su familia.

“Trabajé un tiempo, pero mi pasión está en este rubro”, señaló “Vaka resa”, como lo llaman sus conocidos y amigos.

Contó que hace tiempo quedó viudo y que hoy día su vida gira en torno a su único hijo, quien es el motor para seguir luchando todos los días.

“Ahora solo estoy con mi hijo, por el trabajo, dentro de dos años termina el colegio, después vamos a ver qué quiere estudiar”, refirió don José, mientras se secaba el sudor en su frente.