En horas de la mañana de ayer se viralizaba en las redes sociales un video en donde una mujer “enrabiada” le golpeaba a una PMT de la ciudad de Ñemby.

Lo que muchas personas no tienen en cuenta, cuando se trata de los policías municipales de tránsito, es que detrás de ellos hay familias que esperan también por ellos en sus casas.

Gloria Chávez (21), la agente agredida el martes en plena calle, he’i que lamenta que se viva este tipo de sitú y que los automovilistas no les respetan.

“Las personas no ven más allá de los uniformes, no piensan en que también tenemos dignidad como personas”, aseguró Chávez.

La oficial de tránsito he’i que es una pena que no se valore el trabajo que hacen ya que en varias ocasiones evitaron accidentes vai.

“Nosotros velamos por la seguridad de las personas y por eso estamos expuestos siempre al peligro”, indicó.

Lo más lamentable del caso, es que no es la primera vez que los oficiales reciben agresiones, y según dijo Chávez, todos los días reciben insultos por parte de muchos infractores.

Gloria es madre de un pequeño de 2 años y lamentó lo que pasó ya que toda su familia vio el ataque que sufrió.

“Mi sobrina vio en la tele las agresiones que yo estaba sufriendo y se puso a llorar del susto”, omombe’u.

Detrás de Gloria hay una gran familia que siempre va a estar para apoyarla y que reclama que se haga justicia por todo lo ocurrido.

“Ese es mi trabajo y no tengo nada que criticar, lo único que pido es que las personas tengan más respeto hacia nosotros”, afirmó la oficial.

Quería ser policía nacional y no pudo, entonces fue PMT

Gloria formó su familia al lado de Miguel Báez, con quien tiene un hijo de 2 años. Aparte de que es una mamá, Gloria es estudiante de Radiología y está a punto de convertirse en licenciada.

“Mi sueño es convertirme en una gran profesional, si Dios permite”, aseguró la valécha. Una vida muy sacrificada lleva Gloria, quien no da tregua al laburo intenso para ser una gran profesional.

“Mi sueño fue ser parte de la Policía Nacional, pero no me aceptaron porque no permiten a mujeres con hijos”, lamentó Chávez.

Como no quiso renunciar a su vocación de servicio, se metió a un curso para ser una policía municipal de tránsito.