La pareja decidió invertir todo el dinero para su luna de miel en ayudar a los damnificados en Pilar. “Es lo menos que podemos hacer”, dijeron.

Nunca antes aquella frase bien paraguaya “oky el amor” tiene tanto sentido como en esta historia que nace en medio de las inundaciones en Pilar. Guadalupe Escobar (32) y Emanuel Pérez (26) dan rienda suelta al amor, todo lo puede. Decidieron desafiar al raudal y la intensa tormenta para llegar al registro civil de Pilar y ¡casarse!

La boda fue todo un tema. “Justo el día de nuestra boda se vino con todo la lluvia. Llegar hasta el Juzgado era medio imposible, pero decidimos arriesgarnos por amor, porque queríamos casarnos ya”, contó a Crónica Guadalupe.

“Todos mis invitados me llamaron y se disculparon porque no iban a poder ir, los que iban a salir de testigos tampoco iban a poder porque salir de sus casas era imposible, ni el fotógrafo se pudo ir”, dijo. “En ese momento me desesperé. La jueza me llamó y me dijo que ella me iba a esperar si queríamos. De San Lorenzo llegaron 4 parientes y con ellos fui hasta el Registro. Pasamos el raudal, ni mi vestido pude ponerme por eso”, agregó.

Y Emanuel también hizo de las suyas para llegar al lugar para dar el sí. “Él llegó caminado entre las aguas, en ese momento entraba hasta la mitad luego, todo mojado anga llegó. Por suerte le prestaron ropa y ¡nos casamos!”, contó Guadalupe.

“Ya ahí estábamos, pero no había testigos. En eso la jueza les pregunta a mis cuatro parientes si trajeron sus cédulas, todos -gracias a Dios- ¡dijeron que sí! Entonces, les preguntó si podían salir de testigos y todos accedieron. Imaginátena, si uno de ellos no tenía consigo su cédula no me iba a casar. Fue todo un tema lo que vivimos. Pero esto es amor”, agregó Guadalupe. “Esto lo que es el famoso ‘oky el amor’ hína” (risas). Dicen que una nunca olvida el momento de su casamiento, yo puedo asegurar que no lo olvidaré jamás”, finalizó.

Luna de miel: ayudar a los damnificados

A Guadalupe y a Emanuel no les sobra mucho. Ambos luchan día a día para ganarse el pan de cada día. La pareja ahorró plata para la boda y para el famoso viaje de luna de miel. Pero, tras lo sucedido en la zona decidieron hacer algo digno y admirable. Utilizaron su ahorro para ayudar a los damnificados.

“Es lo menos que podemos hacer. Estar con nuestra gente. Con la familia decidimos salir y ayudar en lo que podamos. Lo hacemos todos los días”, dijo Guadalupe. “Nosotros también sufrimos la inundación en nuestra casa. Y por eso nos ponemos en el lugar de los que necesitan y lo menos que podemos hacer es ayudar”, finalizó.