Sin importar la intensidad del clima durante el día, las hermanas Angélica y Diana trabajan arduamente para ayudar a su padre, don Maximo Cáceres, en su olería. Pese a que muchas veces el trabajo es considerado algo pesado y algunos inclusive lo tildan como un laburo “solo para hombres”, estas guapas mujeres avei se remangan y con mucha fuerza hacen los ladrillos.
Don Máximo he’i que desde chico se dedican al mismo rubro, ya que lo heredó de su padre, quien fue uno de los oleros más conocidos de la zona. “Yo tengo 5 hijos y siempre todos me ayudaron en la olería, hasta las mujeres trabajan en eso”, contó orgulloso el karai. Agregó que encaminó a todos sus hijos para que sigan sus mismos pasos, pero que lo realizó con mucho trabajo porque fue él quien les enseñó todo sobre el laburo. “Primero empezaron a hacer cosas livianas, todo lo que sus fuerzas les permitían, pero ahora ya hacen de todo”, aseguró.
El valécho padre he’i que sus hijas nunca voi se opusieron al trabajo y que encima disfrutan mucho de ayudarlo. Las chicas oleras viven en el distrito de Mcal. López, del departamento de Caaguazú.
Siempre se ayudan he’i
Don Maximo omombe’u que él está más que orgulloso de sus hijos, ya que hoy en día los tiempos cambiaron y los hijos ya no quieren ayudar a sus padres, pero los suyos siempre pusieron garra y corazón para no dejarle todo el trabajo solo a él.
“Nosotros siempre nos ayudamos en familia en todo lo que necesitamos, nunca pusimos peros, por eso es que siempre salidos adelante”, he’i don Máximo.
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