Empezaron a dormir en camas separadas, él la maltrataba y ella lo dejaba cada vez más de lado, siendo ella abogada y él de profesión cerrajero. Hace un mes que ella le pidió la separación definitiva, por más que tenían problemas, él no se lo esperaba.

Estoy atravesando una situación muy difícil, después de 11 años de casados, mi señora me pidió el divorcio. El proceso de separación comenzó de común acuerdo, con la cabeza caliente yo le firmé los papeles, pero ahora estoy arrepentido.

Hace un mes que salí de mi casa para no hacer macanadas, porque muchas cosas se me pasaron por la mente cuando el día menos pensado ella me dijo que ya no me quería más. Hace un tiempo veníamos arrastrando los problemas, aunque sospecho que algunas personas le metieron cosas en la cabeza, le decían a ella: ¿Qué le viste a ese grasiento?, es que como soy cerrajero, siempre tenía las manos sucias o estaba con la ropa de trabajo con rastros de polvo, no me cuidaba para ella.

En cambio, ahora ella es una abogada, estudió con mi apoyo y sus amigos y su forma de vestir ya marcan la diferencia conmigo, pienso yo al menos eso, para darle una explicación al caso. Estuve muy mal, pero unos amigos me llevaron a un retiro espiritual, reflexioné 3, 4 días y comprendí muchas cosas que estaban mal en mi vida.

Realmente yo la trataba muy mal, descargaba por ella mis enojos aunque nunca la llegué a tocar, era muy machista, la descuidé. Hace 4 años que nuestra relación empezó a tambalear, ella no quería que ni la toque y comenzamos a dormir en camas separadas.

Había días en que ella no quería ni que le hable más y por orgulloso yo le decía “a mí qué me importa”, pero era mentira, porque su rechazo me dolía. Y en vez de hacer algo, me sentaba a tomar en casa, ignorando lo que ella necesitaba, saber si quería salir o compartir conmigo, o sino me iba a jugar partido dejándola sola mucho tiempo y siento que por mi culpa la perdí.

Ahora me di cuenta que la amo, que no la supe valorar, reconozco que siempre fui un egoísta pero estoy dispuesto a cambiar por ella, a dejar la vida loca, a arreglarme más, quiero reconquistarla. Ya recurrí a mis compadres para que hablen por mí, que le digan que la necesito.

Me gustaría saber cómo puedo recuperar el tiempo perdido, estoy haciendo todo lo que está a mi alcance para demostrarle que soy diferente y que me acepte de nuevo, pero al parecer no funciona. Quisiera que me dé la oportunidad para demostrarle que soy un hombre nuevo, ya no el mismo argel que me arrepiento de corazón, ojalá que no sea muy tarde.

La separación de bienes ya está encaminado, pero a través de mi abogado solicité una mediación para una reconciliación, pero ella se negó, dijo que no hay posibilidad por “incompatibilidad de caracteres”. Estoy desesperado.

“Ahora me di cuenta que la amo, que no la supe valorar, reconozco que siempre fui un egoísta pero estoy dispuesto a cambiar por ella, a dejar la vida loca”

“Había días en que ella no quería ni que le hable más y por orgulloso yo le decía ‘a mí qué me importa’, pero era mentira, porque su rechazo me dolía”

“Estuve muy mal, pero unos amigos me llevaron a un retiro espiritual, reflexioné 3, 4 días y comprendí muchas cosas que estaban mal en mi vida”

JUAN, DE CIUDAD DEL ESTE, 36 AÑOS

RESPUESTA: CUANDO TODOS LOS CARTUCHOS YA SE QUEMARON

La tendencia actualmente es planificar el divorcio

Hasta el último momento una persona enamorada mantiene la esperanza, busca la forma de hablar, reencontrarse con aquellas cosas que como pareja los una antes de que los separe. Pero, si se agotaron las instancias, si se quemaron los cartuchos con todo lo que uno puede comprometerse sanamente a hacer por amor, te queda aceptar y seguir adelante valorándote más. Al menos si ya hay una decisión firme de una de las partes a cortar con la relación que viene arrastrando problemas desde hace tiempo.

Hoy en día la tendencia, una vez que se toma esa decisión, es planificar para que sea lo menos doloroso para todas las partes, si hay hijos de por medio, amigos en común, o si comparten otras situaciones como trabajo o estudios. Hay mucha inversión emocional que pesa para ambas partes y lo más sano es negociar en el nuevo contexto para dejar las cosas en orden.

Lastimosamente el tiempo perdido no se recupera, pero de la crisis uno sale fortalecido si aprende de sus errores. Se suele decir que uno valora lo que tiene recién cuando lo pierde, es por eso que tal vez sea una lección para pedir ayuda y no repetir un modelo de relación tóxica. Ni maltratar ni aceptar maltratos.

Y que el cambio sea algo constructivo para vos, independientemente a que la otra persona comprenda que ella motivó esa necesidad que ahora te nace de ser alguien mejor. Cuando estás pasando por un mal momento, sea lo que sea, lo mejor es agarrarse con fuerza de un amigo, un familiar o Dios, al parecer con su ayuda te reconciliaste contigo mismo.