Universo 970 AM
En vivo
Universo 970 AM
Ahora suena
Radio Montecarlo
Ahora suena
HEi
Ahora suena
Radio Corazón
Ahora suena

«Me escondía de papá para poder jugar»

«Me escondía de papá para poder jugar»

Por Juan Duarte

 

Erika Cartamán, la goleadora de Capiatá quien venció la barrera siempre restrictiva de jugar profesionalmente al fútbol femenino y hoy, aún se destaca por sus condiciones.

Son 14 goles en apenas 4 partidos, en su primer semestre con Capiatá. Una carta de presentación que Erika Cartamán Burgos (27 de julio de 2002, 17 años) comenta orgullosa. Nacida en Luque, sus genes peloteros pudieron más y a los 5 años ya le seguía a su hermano mayor para meterle al balón.

“Lo hacía a escondidas, jugaba en una escuela de fútbol de Luque”, le cuenta a Crónica.

– ¿Por qué a escondidas?

– Me escondía de papá (Esteban Cartamán) para poder jugar. Él no quería que juegue, pero yo igual con ayuda de mi mamá (Andrea Burgos) me iba a jugar. Salía con un jean y una remera, mamá llevaba mis botines y así nos íbamos. Ella también (su mamá) jugó al futsal en su época y por eso entiende de mis ganas de jugar.

– ¿Cómo te hiciste profesional?

– Y con mucho sacrificio, a los 13 años fui a Luqueño, luego de estar mucho tiempo en la escuela de fútbol de General Caballero de Campo Grande, siempre con los varones. Cuando llegó a Luqueño entró a jugar directamente en el plantel de Primera. Debuté en un partido contra Cerro e hice un gol.

– ¿Qué fue lo que más le costó para hacerte profesional?

– Y siempre me viene a la mente y traigo a mis recuerdos a aquel tiempo en el que comencé a entrenar profesionalmente. Llegó un momento en el que quería dejarlo todo porque mi condición económica no me permitía asistir a los entrenamientos. A veces ni siquiera tenía para el pasaje.

Fijate que nosotros, ya estando en Luqueño, entrenábamos en la Ciclovía de Luque y yo vivía en Palma Loma. Tenía que caminar muchísimo para ir. Salía de casa dos horas antes para llegar a tiempo.

– Ahora estás en Capiatá…

– Sí, ellos ya me querían traer mucho antes y ahora, desde este Clausura estoy con ellos. Estoy muy bien, hoy (por ayer) hice un gol y ya llevo 14 goles en 4 partidos.

– Me imagino que para el pasaje ya tenés…

– Síii, ahora sí, jajaja.

 

Un guardia, los taxistas y los gestos solidarios

Erika no olvida aquellas manos amigas, algunas incluso desconocidas, que le tendieron una mano cuando la sitú era jodida. “Sinceramente tengo que recordar a los guardias de (supermercado) “Los Jardines” de Luque, a los de la parada de taxi que está ahí en la esquina del súper y a gente que ni conocía que siempre me daban una mano. Me daban agua, me regalaban naranja, de todo.

A mis compañeros del colegio “Héroes de la Patria” también, porque cuando yo empecé a practicar, muchas veces no podía hacer ni mis trabajos prácticos y ellos lo hacían por mí. Y, lógicamente, a mi mamá, porque siempre está para mí en las buenas y en las malas. Es mi todo.

La cábala de mamá para evitar los males

Cuando a Erika le preguntamos si tenía alguna cábala en especial, no dudó en responder: “Sí, mi mamá”.

¿Cómo es eso?

Y mi mamá siempre tiene que estar cuando yo juego, porque si ella no está, siempre me pasa algo. Recuerdo que cuando en la Sub 17 salimos campeones con Luqueño, fui convocada a la selección pero en un partido me rompí el peroné, ella justo no se fue a verme en ese partido. Y hay otros casos en los que me pasó algo cuando ella no estuvo. Sí o sí tiene que estar en mis partidos, es como un amuleto para mí.

 

Compartir en redes

Comentarios

En vivo
Universo 970 AM
Ahora suena
Radio Montecarlo
Ahora suena
HEi
Ahora suena
Radio Corazón
Ahora suena
Crónica