BRASIL. Jessica Guedes, de 30 años, estaba feliz no solo porque iba a dar el sí a su amor sino porque que estaba embarazada de seis meses.
El día de su boda tenía que ser el más feliz de su vida, pero en la limusina rumbo a la iglesia de San Pablo ya comenzó a sentirse mal. Muchos decían que era por los nervios, pero en realidad la “futura esposa y madre” tuvo un derrame cerebral a causa de la preeclampsia, según los médicos.
El novio, Flavio Gonçalvez, esperaba en el altar cuando una prima de la novia entró corriendo a la iglesia y se acercó para decirle que se había desmayado.
El novio, bombero de profesión, se acercó hasta la limusina donde estaba su prometida, que por unos segundos recobró la consciencia y le dijo que estaba bien, pero que sentía un tremendo dolor en la nuca.
“La saqué de la limusina, comencé los primeros auxilios y pedí ayuda a mis amigos bomberos que estaban allí como invitados”, contó el novio. Jessica fue llevada a un hospital.
Dada la gravedad del caso, el equipo médico realizó una cesárea de emergencia para salvar la vida del bebé de 29 semanas y la joven madre, que había sido declarada con muerte cerebral, falleció después de la operación.
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