El joven salió de su guardia en la Central de Emergencias de los Bomberos y a pocas cuadras terminó perdiendo la vida tras ser chocado por una camioneta
“Hola mamá, te escribe tu hijo bombero, el que dejó las fiestas y los amigos desde la secundaria para ayudar a los demás. Quiero que sepas que aunque siempre nos peleamos por nuestras diferencias, sé que solo quieres lo mejor para mí, pero necesito que entiendas que ser bombero es lo que me llena, es lo que me apasiona”. Con estas líneas iniciaba su carta el joven Éver Daniel Cabañas Giménez (23), quien en Facebook le dedicó el escrito a su madre en su día.
Él siempre soñó con ser un gran bombero y pidió perdón a la mujer que le dio la vida por todo lo que le hizo pasar al elegir esta profesión.
“Me gustaría bastante que sintieras la satisfacción de terminar con éxito un servicio, de salvar el poco patrimonio de una humilde familia, de salvar de las llamas a esa viejecita indefensa, de regresar a un bebé a sus padres, de apagar el fuego y ayudar a las personas”, seguía la nota donde también pedía perdón por el camino que decidió seguir.
“Te quiero pedir perdón por no ser el hijo ejemplo de la familia, te pido perdón por haber faltado a las reuniones familiares, te pido perdón por no estar allí como tu querías, por provocarte insomnios por mis guardias nocturnas, en darte mil y una preocupaciones con cada servicio, el cambiarte tu hermosa sonrisa por una expresión de angustia”.
La parte más emotiva del escrito dice que sabe que cada noche su madre no duerme esperando con ansias su regreso. “Vuelves a decirme que no quieres que ande tan tarde en el cuartel, que no quieres que me pase algo y sé que me encomiendas a los santos, te lo agradezco mamá, sé que vives con el miedo de que algún día no regresaré a casa pero confía en mí”, culminaba la nota de este joven, sin saber que cuatro meses después ya no regresaría a su hogar.
El sábado, Éver salió de su guardia a las 10 de la noche. Subió a su moto para dirigirse a su casa y saludar a su mamá, quien de seguro preocupada lo esperaba. Pero Éver ya no llegó. Por el camino sufrió un accidente de tránsito en su moto, el cual terminó apagando las llamas de su vida.
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