Ella padece de cáncer desde hace más de un año, a pesar de eso él no la dejó sola.
“¿Prometen amarse y respetarse, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?”, es la frase solemne que hace el sacerdote en el altar a los novios antes de jurarse amor para toda vida. Para muchos capaz sea algo rutinario en un casamiento, “lo de siempre”, pero para otros es muy importante, lo respetan y por sobre todo lo cumplen, incluso lo llevan a la práctica como lo hace Édgar Centurión.
Hace poco más de un año que su amada esposa Rumilda Robledo le dio una noticia que cambió sus vidas. Ella padece de cáncer “Linfoma de Hodgkin”. Esto fue muy duro para ambos, hasta incluso en medio de la tristeza Rumi, como la llaman de cariño, le pidió que la dejará, que él siga su vida sin ella.
“Cuando ella me contó quería que la abandone, ella decidió dejarme. Ella me pidió que la deje, pero yo jamás la abandoné, nunca le dejé ni la voy a dejar sola”, contaba Edgar con un llanto que hacía quebrar su voz y un silencio era protagonista de ese momento.
El dolor no pudo con el inmenso amor que tiene Édgar por su esposa, él siguió al pie del cañón, siempre estuvo en todos sus controles y nunca la dejó sola.
“Yo dejo todo lo que tengo que dejar por ella. Si me tengo que quedar con ella un mes me quedo con ella, si es quince días también, no importa el tiempo, pero siempre voy a estar para ella”, decía Édgar con el corazón cargado de amor.
Ellos cumplieron 2 años de casados el pasado 30 de setiembre y en pleno hospital del Instituto de Previsión Social (IPS) de Ciudad del Este renovaron sus votos de amor, con la presencia de un pa’i quien hizo un pequeña ceremonia por la boda de algodón.
“Yo le llevé un presente y le hice un corazón donde tenía el tiempo de estar casados. Le amo inmensamente a mi esposa”, terminó diciendo Édgar con la voz quebrada, pero a la vez cargada de amor.
Necesita aplicarse dos inyectables que IPS no tiene
El amor de Édgar para con Rumi no conoce de tiempo ni límites, pero entre su linda historia de amor contó que su señora necesita dos inyectables que el Instituto de Previsión Social (IPS) no tiene y cuesta por los 20 palos y un poco más.
“El remedio se llama Pembrolizumab 50g. Ya preguntamos por muchos lados, pero es muy costoso. En la Argentina sale ese precio, ella tiene que aplicarse y lastimosamente en IPS no hay ese remedio”, contaba Édgar.
Resaltó que su esposa hace como una semana está otra vez hospitalizada, ya que le están haciendo una nueva quimioterapia.
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