En la parroquia Ñandejára Guasu, de Piribebuy, los ojos se clavan en dos feligreses: don Ramón y su compañero de cuatro patas.
Levantarse bien temprano los domingos para dirigirse a la iglesia más cercana es una tradición que para muchos sigue muy vigente. Antes que el mate y el desayuno acuden a escuchar la palabra de Dios, con la intención de cumplir con lo que el Todopoderoso pide. Pero la parroquia Santuario Ñandejára Guasu, ubicada en el barrio San Blas de la ciudad de Piribebuy, cada fin de semana tiene dos visitantes sobre quienes giran toda la atención de los que van en busca de un poco de paz. Se trata de don Ramón, un hombre que es sordomudo, quien siempre va acompañado de “Peíto”, que más que su perro es su amigo fiel.
Ellos no faltan ningún domingo a la misa. “Don Ramoncito y su perro son inseparables. Todos los domingos él está presente en la misa y nunca falta al lado suyo su amigo de todos los días”, contó a Crónica Diana Pérez, una pobladora y conocida de don Ramón.
Pero había sido este no es el único lugar en donde van juntitos Ramón y su jagua’i, sino que en todas partes voi. Diana aseguró que este hombre es un gran animalero, ya que desde que conoció a “Peíto” lo lleva en donde el destino les guíe ndajeko.
La foto de este dúo se volvió viral por las redes sociales tras una publicación de Diana, en donde la misma destacaba el gran equipo que forman don Ramón y su perro. “Para mí esto ha de ser lo más cercano a lo que sería el paraíso, como cristiana fue una sensación hermosa. Dos seres inocentes, Ramoncito un ser humano que entendió todo en la vida Dios, fe y su “ángel” de cuatro patas. Sin duda este momento es Cristo”, tecleó emocionada la capa, quien se sintió muy conmovida por lo que estaba viendo.
Cuando va a comer pide más también para su compañero
Según comentó Diana, “Peíto” no es el único perro que tenía don Ramoncito, ya que anteriormente se lo veía recorrer con otro jagua’i más. “No sabemos por qué desapareció el otro perro, pero lo que sí sabemos es que le cuida muchísimo a su perro”, aseguró.
Agregó que cuando va a comer en un conocido bar de la zona sí o sí le tienen que poner más, porque una parte le toca a “Peíto”. “Los del bar ya lo conocen, siempre les pide, como puede, que le den un poco más de comida, ya que tiene un compañero que también tiene hambre”, he’i Diana. Omombe’u avei que tanto don Ramoncito como su perro son muy queridos en la zona, ya que les llena de mucha ternura por la gran amistad que creció entre ellos hace más de 3 años.
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