ESTADOS UNIDOS. La aerolínea australiana Qantas puso a prueba el vuelo comercial más largo del mundo, para conocer los límites que pueden soportar tanto pasajeros como tripulación y pilotos. Cubrirá la ruta entre EE. UU. y Australia sin ninguna escala.
Intentarán “engañar” corporalmente a los pasajeros para que se sitúen en el horario de Sydney con luces y comida picante para vigorizar el cuerpo y mantenerlos despiertos durante el tiempo que sea necesario. Después, a medida que el sol baje, las luces también se apagarán y el menú consistirá en platos ricos en carbohidratos para el sueño.
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