La travesía había empezado. Conocer otro cerro que llamaba la atención por su singular forma, la cual se asemejaba mucho a un tren, fue el objetivo que se propuso Claudio Martínez, un gran aventurero de la ciudad de Asunción. Sin embargo, al llegar a este lugar se encontró además del majestuoso paisaje, con varias historias misteriosas que llenan de miedo y de asombro a todos los visitantes.
El terreno era desconocido, solo los lugareños sabían de la existencia del gran “Cerro Tren”, como lo bautizaron ahí. La historia estaba aún guardada dentro de la cueva que también se encuentra en este espacio que la naturaleza intentaba ocultar. Pero ahí llegó Claudio, quien recorrió varios kilómetros para hacerse presente en el departamento de Cordillera, específicamente en la ciudad de Eusebio Ayala, donde se encuentra este fenómeno.
“Llegando hasta una casa particular en donde sí conocían la cueva, se ofrecieron para actuar de guías. Nos acompañaron hasta el lugar unos niños para mostrarnos un sendero boscoso, un caminito lleno de árboles, por el que caminamos unos 30 minutos de la casa para llegar hasta el cerro”, relató Claudio a Crónica sobre sus primeros inicios de expedición.
El silencio de los árboles aturdía la ansiosa mente del aventurero, pero algo tenía que terminar con ese momento desorientador. La conversación empezó, y fue ahí cuando las sensaciones cambiaron por completo, en la cueva del “Cerro Tren” había algo más. “Durante el camino nos hablaron de los rumores, decían que de ahí salía el “Vaka kû’oha”, en un principio no entendíamos lo que decían”, afirmó. Pero luego todo se confirmó, había sido se trataba de una cueva en donde presuntamente se esconde el extraño ser conocido como el “chupacabras”.
Pocos conocen y encontraron restos óseos
Pese a que varios lugareños ya confirmaron las historias que rodean a ese semejante espacio natural, para Claudio era demasiado fantástico, por lo cual la duda no dejaba de aparecer. Esto generó más curiosidad en el aventurero, quien sin dudar siguió dando pasos adentro de la oscura caverna, con la intención de sacar a luz lo que las piedras seguían ocultando. “Al llegar a la ciudad, preguntamos por el cerro y nos dimos cuenta que no todos los lugareños conocen este cerro y la cueva”, dijo Claudio. Pero cuando llegaron a un sitio donde la luz del sol dejaba ver la verdad, se quedaron más que sorprendidos. “Encontramos en la caverna restos óseos de animales”, aseguró Claudio.
El hombre añadió que cuando llegaron jey a la casa particular, después de la gran travesía, Maricela Montanía, hermana de sus guías, les volvió a afirmar la gran historia del “kû’oha” o quitalenguas.
Hay espíritus de aventureros atrapados ndaje
Pero los extraños casos de la caverna del “Cerro Tren” no solo giran en torno al ser extraño que devora animales, sino también a apariciones de espíritus que supuestamente pertenecieron a antiguos aventureros que no pudieron salir del lugar.
“Maricela nos contó también que cuando llueve se escuchan gritos desde la cueva, dijo que se trata del espíritu de una chica que murió ahí”, explicó el hombre. Estas situaciones hacen que este lugar sea aún más atractivo no solo por su particular forma, sino por las historias extrañas que muchos quieren escuchar de la boca de sus propios protagonistas.
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