De niño y hasta su juventud, calzarse unos calzados y salir a hacer ejercicios no era lo suyo. Pensaba que sería una tortura. Prefería quedarse encerrado en su habitación a leer o escuchar música. Ya cuando se convirtió en un señor de las 4 décadas, la enfermedad “tocó a su puerta”. “Sufrí una parálisis en mi pierna derecha”, contó. Tuvo que tratarse con un doctor, quien le aconsejó que cuando el dolor pase debía de hacer caminata todos los días por el bien de su salud. Y así lo hizo.
“Al poco tiempo me sentí mejor y decidí agregarle a la caminata unos trotes de pocos minutos. Ahí como que sentí algo especial. Me di cuenta que correr era lo mío”, confesó. De ahí en más no paró. Hoy, a sus 81 años, don Juan Modesto Valiente es un capo maratonista, ya ganó varias carreras y tiene un físico envidiable para su edad. “Así nació este amor por correr. Ahora, pese a que ya estoy viejo, no puedo dejar de hacerlo, si no corro como que me pongo triste”, dijo.
Los ojos de don Juan Modesto se abren a las 5 de la mañana de modo natural. Se levanta, se baña, se pone una remera, un short, calzados deportivos y sale a hacer lo que más le gusta: correr.
Comentó que aparte de entrenar y correr como “caballo”, tiene un secreto para mantener un peso ideal y un físico privilegiado a su edad. “Anteriormente desayunaba todos los días carne
de carpincho con un huevo casero. La fuerza y vitalidad que me daba era increíble. Ahora, porque tengo un problemita en el estómago, desayuno todos los días caldo de pescado. Eso me da pilamemete”, confesó.
“Luego almuerzo poroto con garrón. O garrón con locro. Es clave eso para evitar los calambres y esas lesiones de contractura muscular. Trato de mantener esa dieta siempre”, finalizó •
EL DATO
DEPORTE ES VIDA
“Le pido a los jóvenes y a los adultos que hagan deportes. El deporte es vida. Dejan la vida sedentaria, eso no es bueno”, dijo.
“Pienso en mi esposa y mis fuerzas se multiplican”
Don Juan, quien vive en Fernando de la Mora y atiende su negocio de ventas de repuestos para motos. Comentó que cada vez que una carrera está difícil tiene algo de donde saca fuerzas para seguir. “Pienso en mi esposa. Cuando hago eso mis fuerzas se multiplican”, dijo. “Ella se llama Porfiria (79) y tenemos juntos 6 hijos, todos ya profesionales”, agregó. “Por mi esposa sigo luchando. Atiendo mi negocio de venta de repuestos de motos para poder mantenerle a ella y que no le falte nada”, finalizó.
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