Pablo estaba realizando su trabajo en las alturas en un edificio, cuando un viento fuerte provocó que la cuerda que lo sujetaba se enredara y quedó ¡suspendido en el aire!

Antes de salir de su casa se encomendó a Dios. Lo hace cada día para darle las gracias por todo y para pedirle que lo proteja en su lugar de trabajo, confesó. Y ayer, esas oraciones parecen haber sido escuchadas y el protagonista de este suceso “se adjudicó” una historia increíble, milagrosa, para contar en la mesa durante las fiestas.

Pablo se encontraba en lo alto de un edificio, ubicado sobre la calle Herrera de Asunción. Con las piernas colgando en el aire, se acomodaba en su silleta y disfrutaba –al igual que sus compañeros– una vista única a la que solo acceden los pájaros y las aves, mientras realizaba su labor de pintor. De pronto, el cielo se puso gris y la lluvia se largó con todo. Un fuerte viento comenzó producto de la tormenta y provocó que las cuerdas de arnés –que sostenían a Pablo– se enredaran y que él quede suspendido en el aire. Estuvo así casi 30 minutos, tiempo que utilizó para hacer algo que le gusta: orar.

“Estaba muy asustado, pensé en todo, en mi familia, en mis compañeros, en todo, pensé hasta en lo peor. Hasta que me puse a orar y ahí sentí paz, sabía que esto iba a pasar pronto”, dijo luego de bajar de lo alto del edificio. “Estábamos en plena labor cuando el viento sopló muy fuerte y enredó las cuerdas. Estuve como media hora así”, añadió. Felizmente, el percance no pasó de ser un gran susto, ya que bomberos voluntarios valécho llegaron al sitio y –junto con los demás compas de Pablo– lograron rescatar al hombre sano y salvo.

DATO

COMPAÑERO

Uno de los compañeros de Pablo logró bajar antes que llegara el fuerte viento, pero él no tuvo tanta suerte ya que las cuerdas de su arnés quedaron liadas.

COMPAÑERO

Pablo contaba con todo el equipo de seguridad al momento de estar trabajando en las alturas, lo que posibilitó avei que esté bien seguro.