FRANCIA. Una pequeña localidad francesa, llamada “La Gresle”, prohibió a sus habitantes morirse en sus domicilios durante los fines de semana y feriados, debido a la escasez de médicos en el lugar.
La alcalde del pueblo, Isabelle Dugelet, firmó un decreto municipal que: “Prohíbe que los habitantes mueran en sus casas en el territorio municipal los sábados, domingos y días festivos, por tiempo indefinido”, según informó un medio local.
Esta insólita medida ocurrió debido a que la propia mandataria pasó dos horas y media intentando buscar un médico para certificar la muerte de un vecino, un procedimiento obligatorio para comenzar los trámites para el velorio.
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