Hakan Sukur, quien en el 2002 hizo a los 11 segundos el gol más rápido de la historia de los Mundiales, tuvo que abandonar Turquía por ser perseguido por el régimen de Erdogan. Ahora se dedica a ser Uber y vender libros para sobrevivir en Estados Unidos.
El ídolo del Galatasaray es perseguido político por el presidente Erdogan luego de haber denunciado escándalos de corrupción del partido AKP, el exfutbolista vivió un martirio: sufrió acusaciones por parte del Gobierno que le confiscó todos sus bienes. “No me queda nada en ningún lado. Erdogan me quitó todo. Mi derecho a la libertad, a expresarme, todo”, comentó.
“Recibí amenazas, mis hijos fueron acosados en la calle y arrojaron piedras a la casa de mi esposa”, agregó. Incluso su padre terminó preso, aunque lo liberaron por sufrir de cáncer.
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