Hace 48 años que llegaba a nuestro país de Asia la elefanta Maia. En ese momento tenía apenas 2 añitos de vida. Maia fue protagonista de muchas situaciones que llamaron la atención del rollete y hasta se volvió uno de los animales más famosos del Zoológico de Asu. Ayer, a sus 50 años Maia nos dejó. La elefanta cerró sus ojitos para no despertar nunca más.

Maris Llorens, la dire del Zoo, contó entre llantos a Crónica que Maia se fue tranquila y en paz. “Entró a la pileta, se bañó, al salir de ahí se sentó y no se levantó más. Vinieron todos los médicos del Zoológico, la revisaron y efectivamente la llevó un paro cardiaco”, dijo a nuestro medio.

Llorens reconoció que Maia superó todas las expectativas de los veterinarios. “Los especialistas le daban una expectativa de vida de 40 años, que es lo que vive un elefante. Maia fue afortunada porque alcanzó los cincuenta años”, expresó.

Reconoció que todos están muy tristes con la partida de Maia. “Todos estamos tristes, en especial su cuidador, quien desde chiquita la cuidó. Maia es una de las más antiguas acá del Zoológico, era la mimada de todos. Para mí era mi familia y realmente me duele mucho su partida”, dijo la dire del Zoológico, a quien realmente se la escuchaba bastante triste.

POLÉMICA. La última polémica que se armó con Maia fue la causada por dos mujeres que quisieron entrar a su jaula a “abrazar” a la elefanta. Las responsables fueron detenidas en ese momento.

APLASTÓ. Maia estuvo también en el ojo de la tormenta cuando en el 2006 aplastó a un niño de 11 años, luego de ingresar a su recinto. Tras eso le construyeron un murallón feroz con el fin de colaborar con la seguridad.

Será enterrada en su recinto con ayuda de máquinas, he’i

Maia será enterrada en su recinto, donde estuvo toda su vida y se traerán máquinas especiales para cavar el lugar donde la pondrán. “Se tendrá que preparar un lugar bien amplio y se utilizarán máquinas para eso porque es un animal de 5.000 kilos”, explicó.

A Maia la llevó un infarto, pero ya venía sufriendo algunas dolencias por su avanzada edad. Sufría de artritis y ya estaba con los movimientos muy limitados, según confirmó el año pasado el doctor Diego Ayala, veterinario de la Fundación Maris Llorens.