Está confundida por las sensaciones que le genera su extraña conducta y a la vez teme que se descubra su secreto.

A mí me gustan los mayores, sí así como dice la música, solo que me gustan desaliñados, me atraen los viejos con pinta de pordiosero, pero para sexo nomás. Me excita ser la bienhechora de los viejos, ¡pero tienen que ser pobres! Aunque yo soy de plata ni de apellido, lo que sí que mi abuela me dejó para mi casa y tengo mi negocio y estudio Nutrición.

De jovencita siento esa atracción, con decirte que antes ya estuve a los arrumacos con uno mayor, el problema es que no puedo hacerme de novio.

Ya tuve relaciones con hombres que juntan latitas por la calle inclusive. Con un gomero, un capataz de obras y así… siento una liberación y satisfacción al estar en contacto con ese tipo de gente. Y los días de lluvia son una tortura para mí porque me ataca ese deseo.

En esos días salgo a buscar a alguna persona con esas características, sutilmente procuro acercarme y entablar cualquier conversación y cuando me toca la oportunidad ya hago la propuesta. Claro que me cuido, en todo sentido, con el uso de los preservativos y todo eso, siento que me saco una tensión.

Pasa una vez y ya no los vuelvo a ver porque son personas que no me conocen. Salvo un señor que ya murió y un jardinero con el que ando teniendo problemas porque es una persona conocida en el barrio y otra muy cercana a mí, nos vio juntos salir de los matorrales. Tengo miedo de que se descubra mi secreto…

Quería preguntarte si está bien esta inclinación de sentir pena y excitación por viejos indigentes.

¿Qué puedo hacer con mi conducta, es tratable? Yo me siento confundida, pienso que no está bien, pero a la vez me gusta ser la bienhechora de esos viejos, la que les da placer creo que nunca tendrán a alguien haciendo lo que hago.

Se me ocurre eso porque soy una chica muy linda y cuidada. Me lo hacen saber en la calle. No tengo novio porque siempre me dicen que no les doy tiempo, entre dirigir mi negocio, la Facu, el gym, pienso que tienen razón. Sé que tiene muchas historias de vida, cada caso que le envían para publicar seguro…, pero este es mi relato aunque pueda ser rarísimo en cierta forma. Muchas gracias por su tiempo.

“Ya tuve relaciones con juntadores de latitas inclusive. Con un gomero, un capataz de obras y así… siento una liberación y satisfacción al estar en contacto con ese tipo de gente”

GRACIELA, DE ENCARNACIÓN, 23 AÑOS

RESPUESTA: LAS PARAFILIAS, “MÁS ALLÁ DEL AMOR”

Hay desde las más conocidas hasta de las más extrañas

Podría tratarse de una parafilia, algo que se da más allá del amor. Una parafilia es un patrón de comportamiento sexual a objetos, situaciones, actividades o individuos atípicos. Son consideradas inofensivas, aunque hay excepciones, si bien no existe un consenso para establecer un límite preciso entre el interés sexual poco común y la parafilia. Hay desde las más conocidas como el fetichismo, un gusto por los pies, o los zapatos durante “el ya tú sabes”, hasta las más raras.

Se necesita más de una consulta para tener una respuesta más completa a tu caso, se requiere de estudios más acabados y abrir otras aristas de lo que consideras “un problema”.

Aquí es corto el espacio para desarrollar, pero puede tratarse de algún complejo de salvadora, de algún modo crees que le estás haciendo un favor a los demás como la benefactora, pero en realidad sos vos la que necesita ese tipo de situaciones para sentirte plena.

Que sean pobres, viejos o desaliñados los hombres que te generan placer entrarían dentro de gustos personales de cada uno y las parafilias. El sexo es compartir, de mutuo acuerdo entre adultos, sin complejos ni culpas y con protección.

Que lo practiques con extraños al azar es lo que inquieta porque está en juego tu integridad, es peligroso. La promiscuidad y la incapacidad de mantener relaciones estables o compromisos después de la intimidad son las cosas que deberías analizar.