CHINA. Las epidemias dejan consecuencias psicológicas en la gente, el miedo al contagio o la soledad de la cuarentena o la presión de los médicos para salvar vidas son algunos de los muchos casos que los psicólogos atienden en China, donde la gente se las arregla para salir a flote de la conmoción que les provocó el coronavirus.
La escasez de profesionales cualificados aumenta el problema, en un país donde 50 millones de habitantes están confinados en la provincia de Hubei, en el centro del país, donde surgió este virus, y muchos otros están en cuarentena en sus casas.
“Todos los días llaman unas 20 personas. Algunos ven morir a sus seres queridos debido a la falta de medicamentos en el inicio de la epidemia, cuando tampoco había suficientes camas en los hospitales”, explica Xu, psicóloga en un hospital de Wuhan.
A estos teléfonos de asistencia también llaman estudiantes bloqueados en casa porque las escuelas están cerradas, mujeres embarazadas que tienen miedo por sus bebés o padres que deben enfrentarse al problema del cierre de las escuelas y guarderías de sus hijos.
“Muchas llamadas proceden también de enfermos nerviosos, porque el tratamiento no les hace efecto o de personas que tienen miedo a los contagios”, agrega Xu.
En Wuhan, en la provincia de Hubei, se detectaron los primeros casos a fines de 2019. En la ciudad se concentran también la mayoría de las muertes y de los contagios y por ello, la ayuda psicológica es necesaria. El coronavirus afectó ya a más de 80.750 personas en China, de las cuales más de 4.000 murieron.
Déjanos tus comentarios en Voiz