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Se desplomaron en la calle y el rumor se contagió

Se desplomaron en la calle y el rumor se contagió

Para muchos, el saber vender requiere de un gran esfuerzo. Pero para don Rosalino Cabrera (65), tener éxito ofreciendo un producto era algo que le salía naturalmente. Su puesto de venta de asaditos en las cercanías de la Basílica de Caacupé, su voz suave, las bromas a flor de labios y su actitud de permanente servicio, pasó a ocupar un lugar de privilegio en el corazón de todos los caacupeños.

Ayer, en horas de la mañana, don Rosalino dejó triste a gran parte de la ciudad. Mientras andaba por los alrededores de la Basílica, el hombre cayó al piso de manera inesperada y falleció. Rápidamente llegaron los bomberos voluntarios de la zona.

Al rato se sumaron a ellos los profesionales forenses, quienes estaban protegidos con el traje especial de bioseguridad “anticoronavirus”.

Allí nomás, a la tristeza por la muerte de don Rosalino, que se sentía en el sitio, se le añadieron el temor y el pánico. En las redes sociales alzaron la foto del don ya sin vida y a su lado los intervinientes con sus trajes de bioseguridad. El rumor que comenzó a correr era que falleció por coronavirus, cuando en realidad nada que ver.

Uno de los hombres que fueron asistidos en Loma Pytã.

A la misma hora, dos personas también se desvanecieron en plena calle y las fotos también se hicieron tocorré y aumentó la psicosis. “Está pasando lo mismo que en Ecuador, cadáveres tirados en las calles”, tecleó un internauta asustado que se dejó ganar por la irresponsabilidad.

Lo cierto es que don Rosalino no falleció por coronavirus, sino a causa de un infarto agudo al miocardio, según el médico forense. Los otros dos casos, que se dieron en Loma Pytã, no tuvieron el mismo final, ya que ambos siguen con vida.

Uno de ellos sufre de hipertensión y fue asistido, y el otro estaba simplemente alcoholizado.

“En Caacupé se creó un miedo cuando vieron gente con los trajes especiales. Se alzó una foto en las redes sociales y se hizo correr el pánico de que la víctima falleció por coronavirus, pero no fue así”, contó a Crónica el comandante de la Compañía de Bomberos Voluntarios de Caacupé, Esteban Miltos. “La gente quedó con miedo sin razón”, agregó.

QUERIDO. En la capital del departamento de Cordillera, don Rosalino era muy conocido y querido. Lo recuerdan como un hombre bondadoso y trabajador. Lamentan lo que le pasó en las cercanías de la Basílica.

TRANQUI NOMÁS. Las autoridades de seguridad y de la salud piden a la gente a no caer en el pánico y en el temor ante cualquier caso que vean en las redes sociales. Piden acudir a fuentes creíbles.

Aclaran que en todos los casos se vestirán así

“Vimos a los intervinientes con sus trajes especiales alrededor de la persona y creímos que se trataba de un caso de coronavirus. Nos vino a la mente lo que pasó en Ecuador, gente que murió tirada en la calle por culpa de este mal. Pero ya nos explicaron que no fue así”, dijo Nilsa Chamorro, de Caacupé.

Los bomberos en plena intervención.

“En cuanto al traje especial, en todos los procedimientos deben ir así. Se toman todas las medidas sanitarias necesarias con todas las personas a quienes se les asiste: accidentados, desvanecidos, etc. Se debe actuar así, es el protocolo que se tiene que cumplir. La gente tiene que tener conocimiento de ello para que no se asusten con cada caso”, dijo el comandante Miltos.

Uno olvidó la pastilla y otro katu oka’u ra’e

En Loma Pytã también se sembró el pánico cuando se reportaron dos casos de personas desvanecidas en plena calle. La gente comenzó a rumorear avei que se trataba de casos de coronavirus.

Pero ambas personas se recuperaron y se descartó totalmente. “Uno de ellos se llama Cristino Leguizamón (53). El mismo se descompensó en la parada de ómnibus. Fue asistido y al recuperarse contó que tiene problemas de hipertensión y que se olvidó de tomar su medicamento”, comentó el suboficial Leandro Ortiz.

“Le hicieron todo el chequeo y las pruebas y fue dado de alta por los médicos”, agregó.

“El otro caso, el señor fue auxiliado. Estaba alcoholizado y fue trasladado a su casa. También se descartó lo del coronavirus”, finalizó.

Bomberos casi cuelgan la manguera

El comandante de bomberos voluntarios de Caacupé, Esteban Miltos, comentó que casi cuelgan las mangueras porque ya no tenían lugar donde trasladar a personas accidentadas o desvanecidas, porque en el Hospital Regional de la ciudad solo se asisten casos de problemas respiratorios.

Finalmente se encontró una solución y los casos de personas accidentadas serán derivados al Instituto de Previsión Social de la Villa Serrana.

“No queríamos dejar de asistir a la sociedad porque justamente a ellos nos debemos. Por fortuna todo se solucionó”, he’i.

 

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