¡Nderachóre! Ayer, el presidente de la República Mario Abdo Benítez, acompañado del ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad) y el médico forense del Ministerio Público, doctor Pablo Lemir, fueron a inspeccionar un horno, pero no para hacer chipa mba’e, sino para quemar los cuerpos de las víctimas del coronavirus en caso de necesidad.
Se trata del horno pirolítico de la Senad. “Preparándonos para lo peor, pero esperando lo mejor”, dijo el ministro Giuzzio. “Si la gente sigue saliendo de sus casas, ese es el futuro que le espera”, tiró.
“Lo máximo que puede quemar (el horno) por día son 5 a 6 cuerpos. El escenario que nos pintaron es bastante crudo y hay que estar preparados. No hay cementerio que aguante muertes masivas”, finalizó.
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