La pandemia del coronavirus tomó a muchos compatriotas en diferentes partes del mundo con angustia y desesperación. David González, un paraguayo que vive en Estados Unidos, contó a Crónica su experiencia.
El hombre, que se gana la vida como constructor en Nueva York, lleva días sin poder trabajar. “Gracias a Dios pude pagar el alquiler por adelantado porque o sino iba a ser complicado. Aquí ya no podemos trabajar en construcción, la mayoría de las compañías cerraron por temor”, dijo.
“Compré víveres y me encerré en donde vivo, esperando con esperanza que esto pase pronto. Tengo gente que depende de mí en Paraguay”, añadió. Comentó que todos los días habla con su mamá y su papá, quienes viven en Caraguatay, departamento de Cordillera, y ese momento es muy especial.
“Todos los días hablo con mi mamá y mi papá por videollamadas. Están todos preocupados, mi mamá llora cada vez que me llama y me pide que cuando todo pase vuelva a Paraguay para darme un fuerte abrazo. Y mi papá también, les extraño demasiado”, dijo muy emocionado.
“Se hace la vaquita para comer juntos”
David comentó que muchos paraguayos viven cerca y tratan de darse siempre una mano. “Se trata de ayudarnos entre todos. Como buen paraguayo se hace la vaquita para comer todos juntos. No sabemos qué va a pasar después de esto. Muchos dicen que va a haber más trabajo, pero otros dicen que no va a ser así. Tenemos la esperanza de que todo va a ser para mejor”, añadió.
“Lo importante es que la gente tome conciencia. Hay muchos paraguayos que parecen no creen, no tienen miedo y siguen saliendo”, finalizó.
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