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“Me encontraba prisionero en mi propio país”

“Me encontraba prisionero en mi propio país”

El arpista compatriota residente en Francia, Ismael Ledesma, quedó varado en Paraguay por la cuarentena, lejos de su familia que se encontraba en Francia.

Esta pandemia genera historias insólitas y una de ellas podría ser la del arpista paraguayo Ismael Ledesma, quien lleva 38 años de residencia en Francia, y quien en marzo pasado había arribado a Paraguay para unos shows aquí y en Argentina.

A su arribo llegó también la pandemia y, por ende, el inicio de la cuarentena que hizo que el país quedara cerrado. Al artista se le cayeron los shows y peor aún, ya no pudo regresar a Francia, donde tiene a la esposa y dos hijas. Ismael comentó a Crónica que, aunque estaba en su país natal, llegó a sentirse prisionero por no poder volver junto a su familia, lo que le generó todo tipo de frustraciones.

– ¿En el inicio de la pandemia te encontrabas en el país?

– Así es. Llegué el 10 de marzo a Asunción y el 11 empezó el confinamiento en Paraguay. Venía a realizar unos conciertos en Santa Fe – Argentina y el lanzamiento de mi disco “Arpa pura” en Asunción. Ese 11 de marzo se hundieron todas mis ilusiones porque se anularon todas mis presentaciones y me di cuenta que quedaría varado sin poder retornar a Francia.

– ¿Toda tu familia se quedó allá?

– Sí. Yo me vine por cuestiones profesionales, sin mi familia, ellos quedaron en Francia.

– ¿Cómo pasaste la cuarentena?

– Realicé mi cuarentena en Asunción, en casa de unos amigos donde por suerte tenía un espacio en el fondo de la casa y donde me pude quedar aislado durante más de 20 días. Fueron momentos muy raros porque la familia con la que me quedaba, sintió un poco de pánico por venir yo de Francia. Fueron momentos de incertidumbre y sentía el temor de la familia que me recibía. Empezaron las restricciones de circulación y me era imposible salir para ir a instalarme en Areguá, donde tengo mi casa. Finalmente, un día pude ir, y ahí me quedé hasta el 29 de abril, totalmente aislado.

Ismael Ledesma, en el aeropuerto “Silvio Pettirossi”, esperando el vuelo humanitario que lo trasladara a Europa.

– ¿Se te hizo muy difícil estando lejos de la familia?

– Estar lejos de mi familia es siempre una constante, ya que siempre viajé y ellos están acostumbrados. Pero esta vez no podía volver, entonces se instaló en mi familia la angustia y los temores de no saber cuándo volvería. Yo me sentía sin protección afectiva, y eso es algo a lo que no estoy acostumbrado, siempre estoy cerca de mis hijas, de mi esposa y esta vez estábamos separados.

– ¿Decís que sentías que representabas un peligro para los demás?

– Sí. Me daba cuenta que mi presencia representaba un peligro para los demás, por el solo hecho de venir de Francia. Si bien yo estaba sano, en algún momento empecé a pensar que estaba enfermo por oír eso de que uno puede ser portado asintomático. Pasé por momentos de mucha angustia, porque me encontraba en mi propio país como un prisionero.

– ¿Cómo lograste regresar?

– Mi historia de regreso fue bastante angustiosa también. Estaba inscripto en la lista de eventuales candidatos a repatriación, en la embajada francesa. Había perdido un vuelo humanitario un mes antes. El 21 de abril la embajada de Francia me contacta para un vuelo enviado por el gobierno de Francia y me preguntan si estoy dispuesto a tomarlo, lógicamente respondo “Sí”. Luego me dicen el monto de la repatriación, una suma que yo no disponía, ni siquiera sabía que debía abonar algo. Comuniqué a mi esposa lo que pasaba, hasta que la alcaldesa de mi pueblito en Francia me escribe y me dice que abonaría el monto para mi repatriación. El 29 de abril emprendí destino a París.

Apenas llegó y se puso al día con la familia, tomó nuevamente su instrumento y regaló unas melodías a sus cientos de seguidores.

– ¿Cómo encontraste a tu familia?

– Encontré a mi familia muy feliz y relajada por saber que volví a casa. Aún no logro readaptarme porque la atmósfera aquí es mucho más tensa, hay muchísimos muertos y la psicosis es más palpable.

– ¿Temiste por la vida de los tuyos?

– Temí un poco por la vida de mis hijas, porque ellas son jóvenes. Por suerte respetaron todas las reglas, mi esposa estaba totalmente confinada en la casa sin poder salir, para ella fue muy duro también, en Francia la cantidad de decesos es fenomenal y alarmante. Yo dormía poco, por las horribles pesadillas que tenía al respecto de mi familia.

– ¿Hace cuánto que vivís en Europa?

– Desde 1982, hace unos 38 años. Aquí es mi país de adopción y no veo la hora de poder retornar a mi país y quedarme definitivamente. Me ha dolido tener que salir de mi país, porque estaba feliz allá. Pero estaba partido en dos, porque estaba sin mi familia.

Sobrevivió con la ayuda de sus vecinos ndaje

El artista también se refirió a la manera en que le tocó vivir en su casa, en Areguá, sin dinero y mediante la ayuda de sus vecinos.

Confesó que todo ello le dejó un gran aprendizaje. “La enseñanza que me deja esta pandemia es que hay que prepararse psicológica y económicamente siempre. También aprendí a vivir de manera simple, con lo básico. Estuve instalado en Areguá, donde conviví con gente humilde que me ofrecía lo que podían, pomelo, aguacate, huevos caseros, limones y mandioca. Me reencontré con lo que siempre fui, un modesto habitante de este planeta”, cerró.

LO DIJO

“Me daba cuenta que mi presencia representaba un peligro para los demás, por el solo hecho de venir de Francia”

“Me ha dolido tener que salir de mi país, porque estaba feliz allá. Pero estaba partido en dos porque estaba sin mi familia”

Ismael Ledesma

Arpista

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