Tras la publicación del diario Crónica de un veterinario capiateño que le da espacio en su consultorio a las kuriju, llegó otra paciente, posiblemente fue golpeada, mucha gente le tiene miedo sin razón, explica el animalero.
El doctor “Kuriju”, apodado así en las redes, Derlis Barreto, tiene en sus brazos una boa constrictora, a la que llama “Kuri”, siempre toma cariño con cada paciente y ya le pone nombre.
“Esta es joven, mide 2 metros y medio, pero siempre la hembra es más grande que el macho, muchas especies presentan esto que la hembra es más grande que el macho, a esto le llamamos dimorfismo”, explicó.
En este caso, la kuriju está mejorando de sus lesiones, tenía rasgos de haber sido golpeada, generalmente la gente se las encuentra y las atacan con palos.
“La gente tiene miedo de ellas, sin razón, las matan pensando en lo primero que tiene veneno, siendo que este ejemplar no tiene veneno”, he’i.
EN SU CASA
Derlis tiene su “pet shop Barret” en el km 18,5 Capiatá, Ruta 2, pero en este caso tuvo que prepararle un espacio en su casa, donde ya se acostumbraron a las “visitas” inesperadas de sus pacientes.
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