La vida de los camioneros nunca ha sido fácil. Renuncian a la familia, a los amigos, a los días libres, renuncian a parte de su vida para poder darle lo mejor a sus retoños. Con esta pandemia, muchos laburadores del volante se vieron afectados. En “camionada” perdieron sus laburos, justamente porque algunas empresas avei se fueron a “pique”.

En medio de toda esta difícil situación un “rayito de esperanza” nace, gracias a la Asociación “Familias Camioneros” que justamente hoy cumple dos años de creación. De la misma son parte más de 100 trabajadores y cuando ven que un compa necesita o está en aprietos, ellos pya’e voi se ponen en campaña para ayudar.

“En esta pandemia se dieron muchos despidos, muchos compañeros están desempleados y nosotros lo que estamos haciendo es verles vacancia en otra empresa. A algunos ya les conseguimos pero muchos todavía están en la búsqueda. Además colaboramos entre todos para ayudarles con víveres, que es lo primordial, para que aguanten mientras que consiguen otro ingreso”, dijo Rosalina Figueredo (38), quien fundo la Aso.

Relató además que ya se dieron accidentes a tutiplén en el que los compañeros son los afectados. “Compañeros que no pueden trabajar porque se accidentaron, esos solemos tener y ahí nosotros sumamos manos y les ayudamos”, siguió.

Cada tanto suelen hacer sus encuentros con asadachos para familiarizarse más entre ellos, pero ahora por la pandemia no se están encontrando.

DATOS

MUEREN

En varias ocasiones en este oficio ya perdieron incluso a queridos colegas en accidentes de tránsito.

VARIOS DÍAS

Hay veces que deben estar días fuera de la casa y no ven a sus familiares por todo ese tiempo.

Hace 20 años “abraza” el oficio

Rosalina es camionera hace 20 años. No fue fácil para ella comenzar en este rubro por el simple hecho de ser mujer. “Mucha gente no está acostumbrada hasta ahora a verle a las mujeres al volante, pero yo supe ganarme mi lugar. Hoy me manejo de forma independiente y además trabajo para una transportadora como jefa de logística”, expresó.

Su carrera empezó con su ex marido, quien era camionero y le enseñó todo sobre el oficio. “Con él tuve cinco hijos y le estoy muy agradecida. Gracias a él yo despegué”, siguió. Rosalina contó que ya tuvo que sortear varias dificultades en su largo trayecto como chofer de camiones. “Salimos y no sabemos si vamos a volver vivos. Nosotros pasamos muchas cosas. A veces querés darte una ducha y te niegan al baño y eso es muy doloroso. El que no está en la profesión no sabe realmente lo que significa ser camionero”, explicó.