Hace 8 años que el papá de mi hijo me dejó y aún no puedo superar la tristeza, ya tiene una vida con otra mujer, inclusive tienen juntos otro hijo.

H asta hoy día sigo llorando por él, no sé cómo hacer; a veces, me acuerdo de las cosas malas que me hizo pasar y trato de odiarle, pero más lo amo y él ya ni me mira más. Hace 8 años que el papá de mi hijo me dejó y aún no puedo superar la tristeza, ya está casado con otra, inclusive tienen juntos otro hijo. Mi nene ya tiene 9 años.

No puedo superar… nos dejamos porque él es menor que yo y pienso que se despertó de mí cuando cambió de trabajo y conoció gente nueva también y así cada día pienso más en él. No me resigno a saber que me dejó por la diferencia de edad y porque se enamoró de otra.

Él tiene ahora 29 años, pero ya se casó, ahora le va bien, es feliz, tiene un bebé con la otra y a mi hijo ni la hora le da, pero yo también soy egoísta. Casi no le doy para que le lleve a mi criatura por más que soy consciente de que le hago daño a mi hijo, porque él ama a los dos por igual.

Ahora estamos peleados, me enojé porque el lunes nos dijimos de todo, porque le dijo a mi hijo: “Tu mamá te quiere vender y cuando seas grande vamos a estar juntos” y eso me molestó mucho.

Sucedió que el fin de semana se fue de paseo y cuando yo le pedí para los gastos de mi hijo me dijo que no tenía plata y entonces yo reaccioné mal. Me dio tanta rabia, yo quiero que él sea más atento con mi hijo. Ese día le había contado que su hijo pasó de grado todo con 5, que podía pasar las vacaciones con él, pero como no me trajo la plata, no quedamos en nada. Yo le mensajeé a su señora para que le diga que me mande la plata y por eso se enojó y ahora remata por su hijo, nuestro problema es la plata siempre.

Le llamé también a su papá (el abuelo de mi hijo) y le conté todo y seguramente su familia le bajó la caña, más su señora.

Así que se pudrió todo entre nosotros y ahora me duele su indiferencia, ni el teléfono me atiende más. La última vez que hablamos por celular le reclamé por qué le juega tanto a su hijo y me dijo: “No estoy para perder el tiempo, no soy como vos, me dijo y me cortó”.

Jamás volví a juntarme con nadie, porque tengo miedo a otro fracaso y ponerle otro papá a mi hijo tampoco quiero, no quiero que nadie siquiera le mire mal, él es todo para mí y me quedé así siendo mamá soltera.

La verdad que extraño al papá de mi hijo y ¡mucho!, me gustaría algún día despertar y que todo sea como antes, cuando aún vivíamos juntos, pero también pienso que solo busco venganza.

Ahora estamos peleados, me enojé porque el lunes nos dijimos de todo, porque le dijo a mi hijo: “Tu mamá te quiere vender y cuando seas grande vamos a estar juntos” y eso me molestó mucho.

SEBASTIANA, 35 AÑOS,

DE SANTA ELENA.

LA RESPUESTA: BUSCAR ACUERDOS DE PAZ

Tenés que dejar de lado el pasado y concentrarte en tu presente

Algunas personas salen más rápido que otras de una relación amorosa, a veces no se trata de olvidar sino de superarlo, mirar para delante dejando el pasado. Busca acuerdos de paz en vez de generar guerra, porque quedarte anclada en ese punto y darle vueltas y más vueltas a la situación no te llevará a nada bueno.

Es bueno exigir los derechos, pero hay formas más sutiles de hacerlo, que no sea solo para herir a terceros.

Necesitás liberarte de los recuerdos que te lastiman, cambiar los sentimientos negativos que se instalaron en tu corazón. Hay dos palabras conocidísimas: perdonar y olvidar, no son tan fáciles de aplicar pero vale la pena intentarlo. “Olvidar” es una función de la memoria que permite liberar de la conciencia el dolor que acompaña las malas experiencias, tiene su tiempo y proceso “el borrón y cuenta nueva”, puede durar años o un día.

Si quieres que la herida se cure, tenés que dejar los pensamientos de venganza hacia quien te hizo daño. Es hora de desprenderte emocionalmente de tu ex, dejar de vivir en función al recuerdo. Tienes tanto camino por recorrer, tu hijo necesita que sus padres se lleven bien a pesar de que ya no están juntos, y si puedes darte cuenta de eso es un gran paso. Perdonar es el valor de los valientes. Solamente aquel que es bastante fuerte para perdonar una ofensa sabe amar, decía Gandhi. Mucha fuerza.