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La otra cara de la lucha contra el Cáncer de Mama

La otra cara de la lucha contra el Cáncer de Mama

Delia Meza, es una de las luchadoras contra este mal que aqueja mayormente a las mujeres. Hace 3 años que le sacaron el seno y aún sigue yendo a sus controles. Contó que acudió a urgencias por la aparición de un nódulo en la axila y tuvo que “fingir” que le dolía demasiado para que los médicos le den importancia a su caso. “Los doctores piden que nos controlemos, pero nos vamos y algunos no nos hacen caso o no dan importancia a los síntomas”, dijo.

Este es el mes de la Lucha Contra el Cáncer de Mama y se lleva a cabo la campaña “Octubre Rosa”, para poder concienciar sobre la importancia de realizar los controles a tiempo para poder evitar que el cáncer avance. Delia Meza (38), es una de esas campeonas que hace casi 4 años empezó su batalla contra el cáncer y logró ganar su primera batalla un año después aproximadamente.

Ella relató que no fue nada fácil y habló de “la otra cara” de la moneda, pues he’i que en su caso, se pudo detectar el cáncer a tiempo solo por insistencia suya. Aseguró que hay muchas falencias en el sistema público y que hay cosas que se deben cambiar para seguir evitando muertes por cáncer de mama.

“Cuando a mí me detectaron el cáncer, fue gracias a que yo me movilicé tratando de pelear por mi vida. Recuerdo que fui al Hospital de Ñemby, a urgencias, porque sentí una pelotita en mi axila (izquierda). Pero para que me tomen en serio les dije que me dolía mucho. De esa forma yo iba a conseguir que me manden a hacer los estudios. Pero cuando la doctora me vio, me dijo ‘esto no es nada, es un ganglio nomás’ y me mandó a hacer solo ecografía axilar, pero no el de mama”, relató.

Cuando ya Delia estaba realizándose la ecografía, fue el ecografista el que pilló que en su mama tenía ya pelotitas. “El ecografista estaba revisando mi axila y se cayó un poco de gel sobre mi pecho y tuvo que limpiar eso y ahí sintió una de las pelotitas que había. ‘Acá hay algo’, dijo y me explicó que debía conseguir una orden para mandar a hacer ecografía mamaria. O sea si él no se daba cuenta, yo nunca iba a tratarme y el cáncer iba avanzar. Los doctores piden que nos controlemos pero nos vamos y algunos no nos hacen caso o no dan importancia a los síntomas”, siguió.

EMPEZÓ LA BATALLA

Allí empezó la dura batalla para Delia. Luego de ir y venir por hospitales encontró su lugar en el Instituto del Cáncer de Areguá. Allí le terminaron por confirmar lo que ya le habían dicho en el Hospital de Clínicas, habían encontrado tres nódulos malignos y debían quitarle el seno.

“En todos los hospitales donde fui me mandaron hacer varios estudios y como mi caso era para no esperar me mandé a hacer los estudios en el privado, gasté mucha plata porque en los públicos debía esperar mucho. Esa es una parte que deberían cambiar en el sistema si es que quieren evitar que el cáncer avance en un paciente”, explicó.

La dura batalla en medio de sus tres hijos

Delia se sometió a una cirugía donde le extirparon el seno izquierdo, luego se sometió a 25 quimioterapias y 25 radioterapias. “Fue un proceso difícil. Me acompañó en todo ese proceso mi marido, pero como tenemos tres hijos, él debía seguir trabajando para llevar el pan diario a la casa y poder pagar mis estudios”, explicó.

Comentó que la parte más dura fue cuando debía dejar a sus hijos chiquitos a cargo del hermano mayor (quien todavía es menor). “Me iba al público de madrugada y recuerdo que a veces volvía a las seis de la tarde por estar de trámite en trámite para mi tratamiento. Lo que más me dolía era dejar así a mis hijos. Luego, tuve la gracia de Dios que una amiga se apiadó de mi situación y le dejaba ya mis hijos a ella”, siguió.

Cuando se hacía la quimio, se casó con su pareja de años de convivencia. (GENTILEZA)

Delia sigue realizando sus controles de rutina con el fin de que evitar un nuevo brote de cáncer. “El único que me sostuvo es Dios”, agregó.

CASAMIENTO

En el tiempo en que Delia realizaba la quimioterapia, se casó con su esposo, don Inocencio, como una especie de promesa y agradecimiento a Dios por su vida.

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