Años de mentira marcaron su vida. Griselda Aquino (32) no sabía por qué sus compañeritos de la escuela la llamaban “la adoptada”. Todos los días era lo mismo: “Iba a la escuela y mis compañeros me decían que era adoptada. Muchos murmuraban entre sí y yo me daba cuenta de que algo pasaba”, relató a Crónica. Aunque le preguntaba a sus padres sobre el tema, ellos lo negaban todo, asegurando que por “ñaña” nomás le decían eso.

“Toda mi infancia fue así, hasta que un día, cuando tenía 11 años, me enojé tanto porque mis compañeros me seguían molestando con eso. Llegué a la casa y les exigí a mis padres que me digan la verdad y ya no tuvieron de otra más que aceptar, pero solo me dijeron que me adoptaron cuando tenía dos años y no me dieron más datos”, dijo en guaraní.

Las preguntas la empezaron a frecuentar. Griselda tenía un “torbellino” de emociones que no sabía cómo manejar. “Quería entender qué pasó, por qué mis padres adoptivos me ocultaron eso, por qué mi mamá biológica me dejó, pero mi mamá adoptiva no quería saber nada del tema, entonces por mucho tiempo no pude hacer nada”, siguió.

Su búsqueda empezó luego de que a Griselda le detectaran cáncer en el hombro. Con el dolor, la incertidumbre y sensibilidad que le causa la enfermedad, la doña sintió aún más la necesidad de saber sobre sus orígenes. “Una radio de Encarnación se enteró de mi caso. A mi me habían dicho que el cáncer que tengo es hereditario y también queríamos buscar respuestas a eso. Finalmente ellos pudieron dar con mi mamá y ya pude hablar con ella por teléfono”, siguió.

Doña Griselda, contó que este viernes se va encontrar con su mamá “teete”, doña Teodora Ramírez; quien le dijo que al verla podrá explicarle mejor por qué la abandonó. “Estoy muy emocionada, quiero que llegue el día para poder conocerla”, siguió.

Sus vecinos se solidarizaron para ayudarla

Griselda vive en San Cosme y Damián en el barrio San Lorenzo, con sus 4 hijos menores y su marido. En febrero pasado le detectaron cáncer del hombro. “Mi hombro empezó a crecer y ahí fui a consultar y me detectaron cáncer. Ahora tengo que hacerme un estudio para saber qué tipo de cáncer es y saber cuál es el mejor tratamiento que puedo llevar. Ese estudio cuesta dos millones y mis vecinos hicieron actividades y por suerte ya tengo la plata para cubrir ese gasto”, contó la kuñakarai.

Los gastos de todas formas van a seguir por lo que piden ayuda de la gente. Interesados en ayudar pueden llamar al 0982 635543.

ADOPCIÓN

Griselda fue dada en adopción en Itapúa Poty, según sus relatos, y luego se mudó con sus padres adoptivos a Arroyo Claro.

HERMANA

Además otra hermana suya también es adoptada. Ella ya pudo reencontrarse con sus padres biológicos hace algunos años.