POR RODRIGO VALDEZ

(Tw: @rodrisamuvaldez)

En París, Francia, la ciudad del amor, donde el pan y el queso son marcas registradas, resaltan el aroma y el sabor de la tradicional chipa paraguaya. Allí un joven las vende, con la torre Eiffel de fondo. Su particularidad: no es paraguayo, sino argentino. Se llama Maximiliano Barrientos (28) y con él nace una historia emocionante.

“La chipa paraguaya me salvó la vida, me sacó de lo más profundo del pozo en el que estaba y me dio esperanza de seguir adelante”, contó a Crónica y narra su testimonio.

Maximiliano es de Misiones, Argentina. Es huérfano y fue criado por su abuelo Genaro. “A los 8 años comencé a vender chipas con mi abuelo y a los 11 yo mismo ya preparaba y salía a las calles a ofrecer casa por casa”, recordó. Pasaron los años y Maxi se formó profesionalmente y hoy es un gran escritor, guionista y cineasta.

Logró tener trabajos junto a figuras como Scorsese o Spilberg, reconocidísimos directores de cine yanqui. Hace un tiempo viajó a Europa y por culpa de la pandemia quedó varado en París. Todas las puertas se le cerraron y, con los problemas económicos que tenía, entró en un cuadro de desesperación.

“Pensé en quitarme la vida unas 5 veces. Sinceramente toqué fondo. Pero fue en ese momento que a mi mente llegaron recuerdos de cuando era chico y vendía chipas en mi barrio Poujades, en Posadas, junto con mi abuelo. Así que, hice lo que Misiones me enseñó: hacer y vender chipa a lo paraguayo”, contó.

“Esto comenzó hace unas semanas. Solo tenía 15 euros en mi bosillo y decidí invertirlos. Conseguí harina en una tienda africana y preparé chipa en casa y fui a colocarme a lado de la torre Eiffel y comencé a gritar ‘chipaaa, chipaaa’. La primera hora no pasó nada, luego una familia paraguaya pasó por ahí y me compró todo lo que tenía. Allí me motivé y desde ahí ya no paro. Es por eso que te cuento que la chipa paraguaya me salvó la vida”, finalizó.

EN INGLATERRA

“Mi historia comenzó en Inglaterra. La producción de la serie sobre San Martín y Juan Manuel de Rosas que estaba desarrollando allí quedó suspendida”, contó. Allí las puertas se le cerraron. Fue a Francia, donde quedó varado.

LIBROS

Además, Maximiliano vende libros por Facebook y Amazon. Su último material se titula «Aykan, las leyendas sin fin». También realiza audiolibros gratis para promocionar su libro. Todos los detalles lo podés encontrar en su cuenta de Facebook: Jesús Barrientos. También es el creador de Quarantine Film Studios.

“Lo que el pueblo guaraní hizo y hace por mí es muchísimo”

“Por primera vez en un largo tiempo la chipa me dio esperanza de seguir para adelante”, contó emocionado. “El 90 por ciento de mis clientes son paraguayos. Los otros son franceses que llegan atraídos mágicamente. Es que la chipa tiene algo mágico que es su aroma que te vuelve loco”, añadió. “Ahora levanto pedidos por las redes sociales. Vendo a 10 euros la docena. Todos se asombran al saber que el chipero es argentino y muestran solidaridad y empatía para con uno. Sinceramente digo, aquí en París lo que el pueblo guaraní hizo y hace por mí es muchísimo y les voy a estar agradecido toda la vida. Hasta lograron que contacte con un abogado para que me guíe. Les debo una película”, añadió.

«Ahora también ya preparo chipa guasu y chipa so’o”, contó Maxi

“La chipa es 100% paraguaya. Mi abuelo era descendiente de paraguayos y veía cómo él la preparaba. Ahora también ya preparo chipa guasu y chipa so’o. Mientras lo hago me encanta escuchar polca”, dijo Maximiliano. El joven argentino sueña con seguir su carrera de cineasta y escritor. “Es lo que más deseo y pelearemos por eso. Pero esto de la chipa ya no creo que lo deje. Por ahora vendo chipas por las mañanas y por las noches escribo guiones”, confesó.

“Mi sueño es hacer películas de gente común que hizo historia en el mundo. Escribo mis guiones cuando viajo en tren y vendo mis chipas, pareciera poético, pero es una tortura cuando tu alma tiene sed de crear o escribir. Lo intento y lo seguiré intentando todo para lograr mis metas y sueños”, expresó.

Lo que le preocupa

A principios de año Maximiliano viajó al viejo continente lleno de sueños y objetivos. La idea era concretar unos proyectos audiovisuales. Sin embargo, la pandemia le jugó una mala pasada y suspendió sus actividades.

«Estaba en Inglaterra cuando comenzó este tema del Covid. Al poco tiempo de llegar ahí cerraron las fronteras», contó. «Poco a poco todas las puertas se me cerraron y literalmente ya no tenía nada», añadió.

Finalmente, en agosto, logró cruzar a Francia, donde vive a unos kilómetros de la Torre Eiffel.

Maximilano comentó la preocupación que tiene. Hoy, 5 de noviembre, vence su visa de turista. «Sinceramente estoy muy preocupado, pero lucharé para cumplir mis sueños siempre. Con el abogado -que es paraguayo- estamos buscando alguna salida, ojalá lo logremos. Veremos que pasa. Mientras la seguiremos remando como pueda», sostuvo.

A la par de su venta de chipas, Maximiliano redacta un guión basado en su libro “Aykan, las leyendas sin fin” para una serie en Netflix. “También realizo un rodaje para crear una serie sobre personajes de la historia argentina que vivieron y murieron en el extranjero. Escribo una novela en lengua guaraní que habla sobre la vida de San Martín en el exilio en Francia, del cual también hago una serie cinematográfica. Y una película sobre la guerra de Malvinas”, dijo. «Tengo varios libros escritos», confesó.

«Por ahora la chipa es mi escudo y la que me da esperanza», finalizó.