Hace un año que dieron el sí ante el altar, pero ella cambió de la noche a la mañana, está más cortante, como flotando, y él quiere que las cosas vuelvan a ser como antes.

En los últimos tiempos le siento muy fría a mi esposa y no sé por qué ese cambio. Hago todo lo que me pide, igual salgo mal con ella, hace dos años que vivimos juntos y en diciembre será nuestro primer aniversario de casados.

Al comienzo de nuestra relación todo era lindo, después del matrimonio había mucho amor, mucha conversación, pero hace un tiempo que la noto muy rara, me habla poco, casi todo el día está de mal humor, ni siquiera puedo bromear con ella porque se enoja.

Lo que me doy cuenta es que con otras personas ella es muy alegre y de buena conversación y hay veces que le pregunto dónde se fue o qué hizo o qué comió y sale diciéndome de muy mala forma que no tiene el porqué de responderme esa pregunta.

Sin embargo, cuando ella me pregunta lo mismo le contesto toda sus dudas, con mucha tranquilidad y mucho amor, para que no tenga ninguna duda de mí. Suelo leer Crónica casi todas las veces las consultas que te hacen y me gustaría saber si me pueden dar algún consejo.

No sabría decirte si ella está enojada, pero me gustaría que vuelva a ser lo que fue antes, porque yo le tengo mucha paciencia. La mimo cuando llega de su trabajo, le saco su calzado, le traigo su zapatilla, le sirvo la comida en la mesa, le preparo licuado o le hago un masaje en la espalda y todo, doctora.

Yo le pregunto qué le pasa, por qué está enojada o si fallé con ella en algo y sale y me dice que no está para hablar con nadie. No le falta nada, no duerme bien, porque yo le pregunto siempre si está cómoda o qué le falta para dormir, si tiene o no frío o calor y solo ese cambio noté en ella hasta ahora. Estoy a punto de mandar todo a la B, ya no la soporto, ¡me quiero separar!

Espero una respuesta favorable, la saludo atentamente.

Con otras personas ella es muy alegre y de buena conversación y hay veces que le pregunto dónde se fue o qué hizo o qué comió y sale diciéndome de muy mala forma que no tiene el porqué de responderme esa pregunta.

DANILO, DE COLONIA INDEPENDENCIA, 30 AÑOS.

LA RESPUESTA: HABLAR DE LOS PROBLEMAS

Emprender el camino para recuperar la magia perdida

Con la pandemia hay muchos trastornos que vienen robando el sueño como la ansiedad, el estrés, la depresión, a veces se puede combatir cambiando algunos hábitos, haciendo ejercicios físicos, de respiración, relajándose más, pero otras veces falta una mirada interdisciplinaria para devolver la tranquilidad y paz mental.

Si hay problemas, lo mejor es hablarlo, si una de las partes se cierra, será más difícil pero no imposible. Si hay algo que perdonar o cambiar en la relación ambos tienen que estar dispuestos y abiertos a mejorar la vida juntos.

Siempre hay matices que tendrán que sortear, con paciencia, respeto y tolerancia. Por más que cada uno tenga su espacio, tienen que buscar intereses comunes, algo que los una más como planificar la rutina, compartir sueños, ideales, algo bien concreto que les agrade a ambos les brindará la oportunidad de renovar los votos de amor. Puede ser algo que se le ocurra o algo ya emprendido como cambiar, redecorar o mover muebles de un lugar a otro para que la casa se vea más linda, adoptar responsablemente una mascota o alguna situación que devuelva el sabor que les hace falta.

De todas maneras, tendrías que estar atento a los cambios de conducta, si hay alguna preocupación a nivel familiar o laboral que la tienen malhumorada. Ahora, si la comunicación de pareja se rompió sería bueno que antes de que el vaso se llene decidan analizar la situación, a veces se necesita de una orientación más personalizada. La convivencia es distinta al noviazgo, muchas veces se pierde esa “magia” que los tuvo tan pendientes el uno del otro al comienzo, pero debes tener en cuenta que ninguna relación es todo color rosa.