La historia del OVNI que se estrelló en el desierto de Utah y que se guardó como secreto durante más de una década.
En la mañana del 8 de set iembre del 2004 un OVNI (Objeto Volador No Identificado) se había estrellado en el desierto de Utah, en Estados Unidos. Todos hablaron del “plat i l lo volador” proveniente del espacio exterior que cayó y que no se encontraba, a pesar de que era rastreado por radares y helicópteros. Montaron guardia esperando que se reintegre y tome vuelo nuevamente, pero nada de eso sucedió.
Después se encontró, pero se guardó en secreto la información. ¿Era realmente un “platillo volador”? Para muchos, sí. El misterio duró 14 años. Recién en el 2018 la NASA publicó el informe de lo que había sucedido aquel 8 de setiembre, con fotografías y videos. No se trataba de una nave alienígena, ni un OVNI de extraterrestres. El “platillo” quedó enterrado en el desierto por la violencia con la que cayó y, realmente, pertenecía a la NASA. Era en realidad la cápsula de retorno de la nave espacial Génesis, que había sido lanzada para estudiar nuestro Sol. Al recopilar datos sobre la composición de las partículas cargadas que f luyen desde la corona solar, los investigadores esperaban determinar con precisión la composición del Sol y aprender más sobre los elementos que existían cuando se formaron los planetas del Sistema Solar.
Para traernos muestras de viento solar, la nave Génesis que había sido lanzada en 2001, estaba equipada con una cápsula de retorno de muestra que contenía un recipiente, el cual había servido para reunir compuestos del viento emitido por nuestra estrella. La nave había estado dos años orbitando el punto 1 de Lagrange, uno de los lugares en el espacio donde se encuentra la gravedad de la Tierra y el Sol.
La nave capturó el viento solar al desplegar una serie de matrices de colectores, cada una cargada con materiales de alta pureza como aluminio, zafiro, silicio e incluso oro. “Los materiales que utilizamos en los conjuntos de colectores Génesis tenían que ser físicamente lo suficientemente fuertes para ser lanzados sin romperse; retener la muestra mientras el Sol la calentaba durante la recolección, y ser lo suficientemente puros para poder analizar los elementos del viento solar después del retorno de la Tierra”, explicó en su momento, Amy Jurewicz, cient í fica del proyecto.
LA CAUSA
El “platillo volador” no fue encontrado de inmediato ya que quedó enterrado en el desierto. La cápsula tenía una especie de caja negra que informó con precisión sobre lo ocurrido. Cayó a una velocidad estimada de 310 km/h. Los paracaídas no se abrieron en el momento adecuado y ocasionaron el accidente.
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