En aquellas épocas en las que la gente podía ir a los estadios, las voces de los hinchas se juntaban en un grito ensordecedor que hacía temblar “La Nueva Olla” al sonar la frase “el día que me muera quiero que mi cajón se pinte de azulgrana, como mi corazón”, ese mismo cántico es el que doña Rosalía Duarte, junto con su hermana gemela con la que comparte el mismo nombre, cantaban y sentían domingo a domingo.

Hoy, esa canción se silenció en una de ellas y la metáfora musical tocó la realidad, pero más allá de la tristeza de la pérdida de una de las hinchas más apasionadas del Paraguay, el resto del pueblo azulgrana la recordó con la alegría y pasión que transmitió durante toda su vida.

En un emotivo acto realizado por integrantes de la barra, simpatizantes y familiares, la abuela tuvo una última visita a “La Nueva Olla” y con cánticos y el sonido de los bombos y platillos fue acompañada hasta su última morada, el Cementerio del Sur, en donde no pudo ingresar mucha gente por el protocolo sanitario, pero el homenaje se hizo sentir intensamente con el himno de Cerro Porteño y varias canciones de la cancha.

EMOTIVO

“Todo el acto fue muy emotivo para la familia, cuando la gente más cantaba y sonaban los bombos más llorábamos de emoción, porque eso le encantaba a ña Rosa. Cada vez que iba a la cancha, ella estaba en medio de la murga con su hermana”, comentó Nicole Portillo, allegada a la familia de la famosa abuela cerrista.

A la cancha siempre con su hermana

Las abuelas gemelas iban siempre juntas a alentar al Ciclón, ya que además de la sangre, la pasión azulgrana creaba un lazo todavía más estrecho entre ellas dos. Pero desde que llegó la pandemia no pudieron volver a las gradas y por circunstancias de la vida tuvieron que vivir en casas distintas.

Actualmente, la hermana sobreviviente se encuentra delicada de salud, por lo que debe evitar emociones muy fuertes.

DATO

EDAD

Un dato curioso de las gemelas Rosalía es que en su cédula figura que tienen 93 años, pero su familia calcula que los datos no sean correctos, ya que en la época en que se registraron era todo un desorden, por lo que estiman que en realidad podrían tener 98 primaveras.