Los caacupeños y devotos de la Virgencita de diferentes rincones del país están furiosos al ver cómo en San Bernardino hacen lo que quieren: fiestas, conciertos, aglomeraciones ápe ha pépe, mientras que a ellos no les dejaron visitar a la mamá de Kirito en su día.
“La verdad que ver que eso suceda me parte el corazón. Yo tengo mi negocio a dos cuadras de la Basílica y perdimos mucho al no realizarse la fiesta mariana. Y ver ahora que hay multitud de gente aglomerada duele, ¿por qué con Caacupé fueron exigentes y con San Bernardino no?, ¿por qué la diferencia)”, se preguntó doña María Morel, comerciante caacupeña en contacto con Crónica.
Entre tanto, don Omar Franco (34), devoto de la Virgencita, aseguró que lo que sucede es una injusticia contra la fe. “Nosotros íbamos a respetar todos los protocolos, solo íbamos a ir un rato junto a nuestra Madre, pero no nos dejaron. Es una injusticia contra la fe”, le bajó.
Por su parte, ayer en horas de la siesta un grupo de personas se manifestaron en San Bernardino, exigiendo que ya no se permitan aglomeraciones en la ciudad.
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